El Instituto

Un día prometedor

Por poco se me olvida que hoy es mi primer día de clases en la gran y gigante Universidad, espero que se note mi sarcasmo ya que esa cosa no debería ser conocida como Universidad, más bien es una quinta con aire acondicionado y dos baños. De no ser por esa cosa peluda con apariencia similar a un tigre aunque de tonalidad grisácea y negro, llamado Lucky, mi guapo gato que me despertó con maullidos escandalosos por tener hambre como siempre.

Una de las cosas más fastidiosas o frustrantes de mi día es cuando llega el momento de elegir que ponerme, si me visto muy sensual todos me mirarían y como apenas soy una estudiante del primer semestre creo que sería muy incómodo, pero si visto muy a lo monjita lo más seguro es que igual volteen a verme pero para criticar mi elegante estilo conservador (aquí vuelvo con mi hermoso amigo El sarcasmo). Sin darle tantas vueltas al asunto para no hacer que se vuelva gran cosa, solo me pondré mi pantalón negro, mi suéter de Hard Rock Café y unos Vans negros.

Quede con mi mejor amiga Caro para ir juntas a la Universidad, ella es una pelirroja de un metro setenta y cinco de alto que nunca pasa desapercibida, guapa en todos los sentidos con unas curvas para morirse; En cambio yo al lado de ella parezco un chichón de piso, aunque me defiendo con mis curvas soy como quince centímetros menos que ella, cabello negro y con gran busto, si eso es todo, gran busto. Como siempre no contesta el teléfono y me da mucha pereza ser educada a tan temprana hora de la mañana para llamar a su casa y que conteste otra persona que no sea ella. ; pero igual lo intentaré.

Pii... Pii...

Una leve respiración apena se escucha del otro lado de la línea- Hola, buenos días por favor con Caro, es Sofía- Se oyen los paso de la persona misteriosa caminando por la casa cuando de repente se detienen en seco y luego de una gran respiración de frustración

-Hola Sofí, Caro ya se fue a la Universidad con Ale hace media hora... Creo que deberías hacer lo mismo  y salir ya, puedes llegar tarde - Ja ¿llegar tarde? imposible con la madre que tengo, ella misma se auto llama Toretto. - Adiós Sofí, suerte hoy.

Y sin yo poder decir algo me colgó la madre de Caro, pobre mujer, la desperté he hice que buscará a su hija por la casa para recordar que ya se había ido

Así como me dijo la señora tomaré mis cosas y le diré a mi madre que conduzca rápido a la universidad, de verdad pueda que llegue tarde.

- MAMÁÁ - Esa mujer puede dormir todo el día, Dios - MAAA

-QUEEE- Escucho su voz agitada dentro de su cuarto y sin yo tener que contestar dice - YA VOOY - unos minutos más esperando a la princesa de  Mónaco para que saliera del cuarto corriendo y abriera la puerta, voltea a mirarme con ojos de sueño - Irás vestida así? -un silencio incomodo inundó la sala - Bueno que más da.

Sigo tan dormida que ni me doy cuenta cuando estamos llegando a la Universidad y mi madre esta bajándole volumen a la radio para deleitarme con el típico discurso de amor y cuidador personal que debo tenerme a mi misma para estar atenta de mi alrededor, el sonido de la corneta del carro de atrás nos sorprende haciendo que yo abra la puerta del carro y salga disparada como un cohete a la acera para despedirme de mi madre. Al voltear me encuentro con esta pequeña quinta pero esta vez no me quejaré porque sonrío al ver a Caro y Ale, un amigo, más alto que Caro, graciosamente delgado pero muy agradable y simpático, que también estaban en la puerta, afuera, esperándome para entrar juntos a este nuevo desafío que está frente a nosotros.