Dama de Rojo

Recuerdos y verdades

Estaba con Gabriel, desnuda y con una enorme barriga que el admiraba,  eso me ponía feliz, la verdad hacía que el corazón me saliera del pecho, el que expandiera sus dedos por mi piel me hacia temblar, me acariciaba la espalda con su otra mano poniendo atención a los rastros de las alas que ocultaba, me decía que me amaba al oído, al susurro en mi labios,  el comenzaba a recordar nuestra vida, un pasado efímero que yo guardaba en mis memorias; todo antes de su misión,  y recordó un poco de ese evento.

-Recuerdo un poco, solo sombras son en mi mente, el dolor del arrebato de mis alas; y no conforme de ello el quemar mis plumas  y sentir ese calor en la piel de mi espalda. por ello las tengo así, lastimadas, negras como la noche y débiles como las tiemblas ante el amanece-

Me lo quede viendo, y cerré los parpados al peso de su narración, imaginando cada palabra de el, al escuchar el recuerdo de la bruja que apenas había visto en ocasiones.

-Ella me encontró encadenado, sangrante, mal herido, casi sin vida, es por ello que tengo cuentas que saldar con ella-

Sis palabras fueron una espina doliente al corazón que me salia del pecho, la apreciaba y eso complicaba mi relación con el en el fondo, por el gran aprecio que sentía a ese ser natural y humano, me quedaba en silencio solo mirando sus labios moverse después de esa intimidad con el.

-He vagado mucho, por muchos lados de nuestro mundo en busca de los recuerdos de una vida que termino encontrándote a ti; como la guardia nocturna de un reino que ahora depende de ti-

Dolía escuchar su voz sin ánimos, me dolía ver esas alas negras, pero el estaba vivo y a mi lado,  el rey no decía mucho al respecto de nuestro amorío,  solo que lo sabia; claro que temía su enfado,  tenia miedo al destierro pero si ya lo había vivido una vez; podría perder un titulo que obtuve por matrimonio;  que bien valía la pena por mis hijos, poro no quería dejar a  mi amado plumifero; pero seguía mi vida entre ese territorio, en espera del nacimiento de mi hijo.

-Deberías de quedarte con el, hacer todo por el-  eran las palabras de mi rey que sabía que mi bebe le daría fama,  entre los reinos demoníacos; por lo que una ves en mi guardia escuche la voz de esa mujer entre las ramas de los arboles acompañada de los ruidos nocturnos.

-El serafín es muy poderoso y codiciado-  me dio rabia en ese momento, entendí que mi hijo lo deseaba entre sus manos la bruja, que podría usarloa para sus fines, entonces lo decidí, nada me separaría de mis hijos, ni una corona valía la pena por la libertad de ellos  aunque quedara manchada por el exilio, si mis hijos estaban bajo mis alas.