Parte sin título 2

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Repasé mentalmente los invitados a la fiesta y una y otra vez. Y no recordaba a ninguna chica rubia con el pelo tan largo.

"...estoy detrás de ti..."

Tenía que ser mi acosadora. Y había estado en mi casa.

Entré en su perfil de Instagram en busca de pistas. Pero no tenía foto de perfil, ni fotos colgadas, ni ningún seguidor. Solo seguía a dos personas: a Sandra y a mí.

No tenía dudas de que me enfrentaba a alguien obsesionado conmigo

Ya no tenía dudas de que me enfrentaba a alguien obsesionado conmigo.

Tuve la tentación de borrar Instagram. Pero esa cuenta desierta era una de las pocas pistas que tenía.

Reuní a mis amigos más cercanos y les enseñé la foto por si alguien la reconocía. Alguien que me había seguido tan de cerca por la fuerza debía haber frecuentado los mismos sitios que yo. Ninguno sabía quién era. Les pedí que me ayudarán a mover la foto por nuestro entorno.

Pasaron los días, pero las respuestas no llegaban. Nadie reconocía a la chica borrosa de la foto. Era como un fantasma. Pero un fantasma que sabía dónde me iba de cañas al terminar las clases.

La foto me obsesionó.

La miraba durante horas, repasando la noche de la fiesta una y otra vez. Todas las caras, todas las conversaciones. Pero en mi memoria no había ni rastro de ese espejismo de melena rubia. Cuando me acercaba a un recuerdo me acababa dando cuenta que yo mismo lo había creado . Si mi acosadora quería volverme paranoico, lo había conseguido.

Si mi acosadora quería volverme paranoico, lo había conseguido

Los mensajes seguían llegando a mi buzón de voz. Pero hacía semanas que no los escuchaba. De algún modo, ella se debió dar cuenta porque, de pronto, cambió su estrategia: pasó a dejarme mensajes en Instagram.

Y cada vez eran más retorcidos:

—Tengo muchas ganas de que nos conozcamos mejor, Carlos.

—Pronto voy a presentarte a unos amigos muy divertidos, Carlos.

—Ya queda poco para el gran día, Carlos.

Empezaba a estar inmunizado; la demencia se había vuelto rutinaria. Entonces llegó un mensaje en el que amenazaba con hacerle daño a Sandra.

Ahí fue cuando decidí que tenía que terminar con esa historia.

Pensé que lo más fácil seria identificar quién había creado la cuenta de Instagram desde la que mandaban los mensajes. Pero sabía que, para ello, debería denunciar los hechos a la policía.

Entonces llegó un mensaje en el que amenazaba con hacerle daño a Sandra

Al día siguiente fui a la comisaria. Les enseñé los mensajes de Instagram y les dejé escuchar mi buzón de voz. Tuve que escuchar los mensajes que había ignorado. Algunos eran realmente desagradables. Sus amenazas se habían vuelto muy violentas.

Al salir de la comisaria me sentí aliviado por primera vez en mucho tiempo. Lo primero que hice fue llamar a Sandra para contarle lo que había hecho.

Esta vez su reacción fue más previsible: me pegó una bronca por no haberle avisado antes de que la cosa fuese tan seria como para ir a la policía.

No quise contarle que lo que me había hecho dar el paso fue que la acosadora la amenazase a ella. No quería que tuviese miedo.

Había quedado con unos amigos en un bar de Malasaña. Y en el metro volvía a mirar la foto de Instagram que lo había desencadenado todo. Con lo que me gustaba esa foto, y una maldita psicópata tenía que haberla jodido.

Cuando estábamos pidiendo la tercera caña sucedió algo inesperado: me llamaron de la policía para informarme que mi acosadora se había entregado. Pedí si me podían decir quién era, pero me dijeron que sería mejor que fuese a la comisaría.

Pero no me hizo falta.

En el taxi recibí un SMS de un número que conocía de memoria.

Solo lo hice por nosotros

"Lo siento. Solo lo hice por nosotros. No podía soportar la idea de que te olvidases de mí. No quería que la distancia acabara con lo nuestro. Creí que la única manera de que no te fueras con nadie nuevo es que tuvieras miedo. No me odies, por favor".

La persona que me había hecho la vida imposible a lo largo de seis meses aparecía, efectivamente, en esa foto de Instagram. Pero no era la chica borrosa que salía de espaldas. Era Sandra.

De alguna manera, sentí la sensación de vacío más brutal que he experimentado nunca.

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2016 ⏰

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