Jueves | One shot

20 2 3
                                    

"Si fuera más guapa y un poco más lista, si fuera especial, si fuera de revista, tendría el valor de cruzar el vagón y preguntarte quién eres."

Es lo que pensó Alicia mientras entraba en la plataforma por la que accederia a tren, igual que cada mañana.

Ella sabía más que de sobra a quién se encontraría allí. Y eso la incomodaba e ilusionaba al mismo tiempo. ¿Cómo se llamaría aquel chico Moreno, de ojos castaños, delgado y alto que siempre se encontraba allí?

"Te sientas enfrente y ni te imaginas que llebo por ti mi falda más bonita."

Alicia no solía llevar faldas, era de las que pensaba que la comodidad estaba ante todo. Sin embargo, cuando le contó a su mejor amigo, David, que había un chico que despertaba sus sentimientos, éste no dudó en irse de compras con ella puesto que consideraba que debía seducir a aquel chico.

El chico se sentó justo en frente de Alicia, creando en ella una sensación de nerviosismo inexplicable.

Ambos intercambiaron una mirada corta, haciendo que Alicia se sintiera cohibida, así que retiró su cara rápidamente.

No se explicaba como el simple contacto del iris marrón de aquel desconocido con alguna minúscula porción de su cuerpo lograba ponerla así.

Ella nunca creyó en el amor a primera vista. Nunca lo había echo hasta que se topó con aquellos ojos color café que lograban quitarle el sueño cada noche.

"Y al verte lanzar un bostezo al cristal se inundan mis pupilas."

Era automático. Cualquier pequeño movimiento que aquel chico hiciera creaban en Alicia un pequeño tsunami que la obligaban a que su corazón bombeara cada vez más fuerte.

"De pronto me miras, te miro y suspiras."

Entonces Alicia ve al moreno suspirar. "¿Por qué suspira? ¿Qué he echo?". Aquellas cuestiones le entristecian demasiado rápido. No se explicaba porque se había enamorado de un chico al que apenas conocía, con el que jamás había entablado una conversación.

"Yo cierro los ojos, tu apartas la vista, apenas respiro, me hago pequeñita y me pongo a temblar."

En ese momento cerró los ojos. No era capaz de seguir mirando aquellos labios que sabía que jamás besaria.

¿Lo amaba? Por supuesto que sí.

Pero saber que la miraba de soslayo a menos de un metro de distancia le hacía sentirse pequeña y dominada, por un chico al que no conocía.

Eso la hacia temblar. Se sentía bien, hay que reconocer que el concepto de temblar por amor era bonito, pero nada más. Era incómodo porque no quería que el chico descubriera sus sentimientos. Era extraño. Muy extraño.

"Y así pasan los días, de lunes a viernes, como las golondrinas del poema de Bécquer, de estación en estación. En frente tú y yo va y viene el silencio."

Alicia no se atrevía a presentarse. El chico del frente tampoco lo hacía. Ninguno de los dos se lanzaba y su tiempo, quizás se agotaba.

El chico comenzó a hablar por teléfono y Alicia descubrió que se llamaba Daniel. Acto seguido, el chico colgó y Alicia, aún ensimismada, pensando en lo bien que sonaba su nombre, reunió el valor suficiente para hablarle.

"Y entonces ocurre, despiertan mis labios. Pronuncian tu nombre tartamudeando. Supongo que piensas "que chica más tonta" y me quiero morir."

-Da...Daniel.-tartamudeó Alicia haciendo que Daniel levantara la vista de su móvil y la fijará en ella.

Instantáneamente Alicia se siente tonta. Había soñado con llamarlo por primera vez de mil formas, pero ninguna como esta.

"Pero el tiempo se para y te acercas diciendo "yo aún no te conozco y ya te echaba de menos, cada mañana rechazo el directo y elijo este tren."

La sonrisa que se instaló en el rostro de Alicia era la más sincera que habia dedicado hasta ahora.

"Y ya estamos llegando, mi vida ha cambiado este 11 de marzo. Me tomas la mano."

Alicia y Daniel estaban apunto de llegar a Atocha. Daniel cogió las manos de Alicia y las besó suavemente. Lo que creó que un escalofrío recorriera el cuerpo de Alicia.

Alicia no sabía que su mente no recordaría muchos momentos más.

"Llegamos a un túnel que apaga la luz."

Una explosión exageradamente grande se oyó y a partir de ese momento ninguno de los dos escuchó nada más que gritos de ayuda. El tren se giró hacia el extremo contrario al que ambos se encontraban.

Alicia no sabía que pasaba, sólo se lo imaginaba. La ceguera que le aportaba la oscuridad del túnel ayudaba a que ella no pudiera ver nada. Ella sólo quería encontrar a Daniel con las pocas fuerzas que le quedaban. Comenzó a buscarlo como loca pero sólo tenía un recurso: sus manos.

"Te encuentro la cara gracias a mis manos."

Tanteando como pudo entre el dolor que le aportaban sus heridas corporales, encontró a Daniel. Lo encontró allí y hubiera dado su vida por sacarlo de aquel tren inmediatamente.

Acariciando sus mejillas e intentando darle consuelo, Alicia lloró como nunca antes lo había echo, pensando que Daniel había dejado de vivir. Pero se equivocaba.

"Me vuelvo valiente y te beso en los labios."

Había soñado con ese momento muchas veces, pero nunca se imaginó que hubiera sido así, tan desalentador.

Sintió los cálidos labios de Daniel moverse y su corazón dio un vuelco.

"Dices que me quieres."

-Te quiero, Alicia.-dijo Daniel.

Alicia dedicó su último pensamiento a Daniel. Su cerebro no desistió en el intento de enviar órdenes a las células de su cuerpo para que taponaran las heridas. Sus ojos se quedaron impregnados en aquella oscuridad pero rememoró la imagen de Daniel cada día que lo había visto. Su corazón latió por última vez acelerado por lo que sentía por Daniel.

"Y yo te regaló el último soplo de mi corazón."

































































Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 23, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Jueves {Daniel Oviedo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora