Capitulo 3

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Alicia pov

Que ocurre se preguntaba ella esperaba que los zombies se la comieran pero no levanta la mirada y las lágrimas solo le permitía ver a una chica no más alta que ella, de cabello rubio, chaqueta y ropa de militar acabando con los diez zombies que la tenían arrinconada, la chica se voltea y puedo ver los azules ojos que me miraban me toma la mano y me empuja hacia una puerta de metal – ven apúrate- dice con una voz muy ronca, solo la sigo, dentro del edificio podía ver muy poco era un pasillo oscuro apretó la mano de la rubia la cual suelta una risa nerviosa – ¡no tengas miedo!- dice la chica soltando la mano de la morena y abre una escotilla en el piso que si ella no la abre Alicia no hubiera pensado jamás en que era una puerta, la chica baja seguida por la rubia cierra la escotilla y abre una puerta café también de metal y me invita a pasar.

Era una sala de tres por tres con una cama, un lavamanos y un pequeño refrigerador mi rostro se sorprende, me volteo y veo a la rubia reírse y acercarse a mí, retrocedo -tranquila no te hare daño- dice está colgando la chaqueta tras el perchero que estaba a mi espalda

-tu. tu ¿vives aquí? – tartamudeo nerviosa

-en ocasiones, solo cuando salgo al exterior- dice sentándose y limpiándose la sangre con un paño, mientras revisaba su cuerpo me pregunto si le tenía miedo a los ascensores una pregunta que a mí me pareció sin importancia – no le temo- digo mirando con dudas los ojos azules

-que bien, porque este es mi hogar transitorio y veo que eres una niña inofensiva así que creo puedo confiar en ti- el tono en la voz era muy áspero diría que no tiene sentimiento alguno, pero hace unos segundos me sonrió bueno recién viene conociéndome, todo eso pasaba por la mente de Alicia

- ¿cuál es tu nombre? - pregunto la rubia mientras habría otra puerta dejando ver un ascensor, no sabía si contestarle la verdad, me causaba mucha intriga quizás era una trampa interrumpe mis pensamientos – si no quieres decirme está bien te llamare ojos verdes- dice está estirando su mano y bajamos muchos pisos más de diez según mi calculo cuando por fin se abrió la puerta salimos caminando

-woooo- fue lo único que salió de mi boca era una ciudad subterránea bueno un estacionamiento subterráneo pero sellado

- ¿te gusta? - pregunta la rubia dejado caer su mochila sobre un mesón

- ¿Qué es esto? - Alicia estaba realmente sorprendida había autos, camionetas, motos y al avanzar vio dos tanques y unos jeeps militares – ¡es un recinto militar! - dice saltando.

La rubia mira seria a la chica y asiente – este es un recinto militar abandonado, lo busque pensando en encontrar gente, pero todos se habían marchado hacia una ciudad segura cerca de Washington- empezó a caminar hacia el interior y al pasar una maquina dijo -Elyza Lex- ella avanzo y cuando pase yo dijo -Alicia Clark- la rubia se acercó y dijo- lindo nombre, no te asuste tenemos reconocimiento facial es parte de la seguridad además así puedo saber si me mienten- y siguió avanzando con las manos atrás y erguida yo solo me limito a seguirla

-bueno Alicia eres bienvenida puedes cambiarte ropa, comer lo que desees este lugar está compuesto de un estacionamiento que ya lo viste, y 4 pisos más el primero es en el que estas, tienes el comedor, cocina, sala de estar y sala de juegos- la rubia se enfada ya que yo no le ponía atención –¡hey¡ a mí me gusta explicar las cosas una vez- su tono de voz me intimido

-perdón yo solo- la chica levanto la mano y evito que continuara con las disculpas

-en el piso dos se encuentra el sector de entrenamiento militar, el tercero habitaciones, lavandería y el 4 es bodegas de alimentos, sala de control y municiones todo el armamento esta en ese lugar. ¿te queda claro? - pregunta autoritariamente, la morena solo asiente y ve desaparecer a Elyza asumo que fue a cambiarse

Camino hacia la cocina necesitaba con urgencia algo de agua, era una cocina bastante grande con muchos muebles y tres refrigeradores enormes y funcionando, abro el primero y encuentro agua fría la bebo toda sin parar era realmente gratificante saciar mi sed, luego cojo unas manzanas que se veían fresquísimas me sorprendía que tuviera fruta tome asiento en la mesa y no pude evitar pensar en mi familia y las lágrimas comenzaron a caer, ¿Qué paso con los demás?, ¿habrán llegado al barco?, mi mente no podía apartar esos pensamientos.

Alicia Clark y Elyza LexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora