CAPITULO I

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-Pov Phany-

Que frió, que frío hace. Mis manos están congeladas, que lugar tan Obscuro y siniestro, tan extraño, tan vacío. Podría decirse que no sabía en donde me encontraba ni de como rayos había llegado hasta aquí, era muy confuso todo. Alguien camina hacia donde estoy aunque no lo logre distinguir, me da algo de curiosidad saber ¿quién será? ¿Querrá hacerme daño? ¿Podría ayudarme? Ya mis pensamientos están en el limbo, no sé qué hacer. Todo parece nublado y borroso.

No tengas miedo- susurraba aquel extraño- prepárate para lo que está por venir.

No tuve el tiempo para distinguir su rostro perfectamente. El miedo que tenía por cómo había desaparecido aquel chico extraño recorría mi cuerpo desde la punta de mis pies calzado por mis converse negros hasta mi lacio cabello.

-Hija...- se escuchaba a lo lejos- ¡Hija!- Desperté desesperadamente, sentía que el corazón se me iba a salir del pecho, odiaba tanto cuando mi madre me despertaba de esa manera.

-¡Mama!, dios me iba a dar un infarto, siempre te digo que no me grites cuando estoy durmiendo- dije moviendo las manos desesperadamente.

-Ay por dios, Stephany Evangeline. No exageres, y por cierto ve a ducharte rápido el desayuno está servido- dijo y se fue de mi habitación.

Rápidamente, corrí a darme una ducha. Solía cantar mientras estaba en el baño, pero con lo tarde que era ni de poner música me dio tiempo. Salí del baño para vestirme lo más rápido que podía. Al final opte, como siempre por usar mi camiseta negra con vaqueros y chaqueta del mismo color.

Mi madre siempre dice que la comida más importante es el desayuno pero realmente a mí no me importa mucho comer, lo puedo hacer en cualquier momento. Al bajar de mi habitación me adentre en la cocina para tomar el desayuno y guárdalo. Tome las llaves de mi coche y Salí corriendo antes de que me riñeran de nuevo por no comer.

El tráfico estaba realmente insoportable, en New York es lo que más existe, pareciera que estuviéramos sobrepoblados. No me gustan mucho las ciudades, preferiría un lugar tranquilo en donde pudiera leer pacíficamente. Pero no, me tocó vivir en la gran manzana.

Las palabras de aquel chico rubio resonaban en mi cabeza. No tengas miedo... No tengas miedo. Estoy a punto de volverme loca, fue solo un sueño. A la final logre llegar a la universidad a tiempo. Baje del coche y camine hasta llegar a la facultad de medicina.

El día iba pasando y estaba más distraída de lo normal. Mi cabeza no estaba en este planeta aunque mi cuerpo sí.

-¡Tephany trivelan!, ¿qué rayos te está pasando? Explícame porque realmente no entiendo, has estado muy distraída durante las clases- Grito la exasperante Ashley Summer, mi mejor amiga. Si le hablo de aquel sueño pensara que estoy loca y no quiero que me vea así.

-Nada, solo que ayer no pude dormir mucho.

-No te creo, has estado distraída desde hace semanas. Los exámenes están por venir y si sigues así no estarás mas en el cuadro de honor de la universidad.

-Como si me importara mucho- susurre.

-Phany, ¿qué te pasa?, tú no eres así.

-Pues nada serio, te lo prometo.

-Por ahora hagamos que te creo. ¿Que te parece si vamos a caminar a algún lado?

- Esta bien.

Ashley estaba muy feliz, cuando decía para salir a algún lugar a caminar significaba que quería decirme algo. Llegamos a mi coche, nos subimos y colocamos música del ipod como siempre. Por un momento junto a mi amiga pude olvidar lo que aquel sueño me causaba.

Cantamos durante un rato hasta que llegamos al Central Park. Sabía que Ashley estaba emocionada por algo pero ya quería saber qué era lo que me quería decir.

-Suelta, ¿qué quieres decirme?

-No te pasas por alto nada phany.

-No, así que dime que es lo que te trae tan feliz hoy.

-bueno, ¿sabes de aquel chico que te comente el mes pasado?

-Ajá- dije algo irritada, porque no me caía muy bien. Es mujeriego y sé que quiere jugar con mi amiga, cosa que no me agrada

-¡Estamos saliendo por fin!

-¿Cómo?

-¿No me estas escuchando Phany?

-Claro que te escuche. ¿Como puedes salir con el Ashley Summer?, es increíble que siempre que aconsejas a una amiga nunca te haga caso.

-No es para tanto, solo lo pongo a prueba para ver si ha cambiado como dice.

-Ash, los hombres no cambian siento decirlo.

-Pero... pero, él no es como aquel chico que desapareció.

-Ashley, como puedes hablar de él, fue mi amigo solo eso. No recuerdo ni su nombre.

-Amiga por favor, siempre estabas hablando con él, me excluías. ¿Cómo no te vas a acordar de su nombre?

El chico del que tanto habla Ashley, se llama Adan. Lo conocí durante unas vacaciones de verano que tuve en Italia. Tenía como nueve años en ese entonces. Fuimos inseparables, era mi mejor amigo podría decirse. Hablábamos constantemente por teléfono cuando no estaba en Italia. Todas las vacaciones cuando iba a visitar a mis tíos estaba él siempre, con su gran sonrisa y cabello rubio, hasta que, en las vísperas de navidad de hace 6 años me dieron la noticia de que el junto con sus padres se habían mudado a otro país. Jamás volví a saber de Adan. Su recuerdo siempre estaba presente, pero poco a poco mi cabeza se iba olvidando de que en algún momento de mi vida lo conocí. Fue el primer chico del que me enamore, y no sé porque tiene tanta similitud con el de mis sueños. Sí, porque no solo fue el de esta mañana. Siempre sueño con aquel chico, frio y distante.

-Admito que si recuerdo su nombre.

-Claro, si te enamoraste de Adan- dijo sínicamente.

-Bueno ya, ya- La empuje juguetonamente- compremos dulces y veamos películas hasta mañana, ¿te parece?

-¡Siiii!, vamos.

Durante toda la noche me quede despierta con Ashley viendo películas de humor. Estábamos en un buen momento. Ash se durmió a la mitad de la película, por lo que decidí buscar un vaso de agua para luego dormir.

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⏰ Última actualización: Mar 24, 2016 ⏰

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