tres

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El sonido de las hojas de los árboles moviéndose por el viento, me despertaron de mi transe. Terminé con él asunto en el que me veía envuelto.

-¿Un juego? ¿esto te parece un juego? ¡maldito enfermo! -lo alejé con un leve empujó. Este soltó un quejido seguido de una carcajada traviesa.
-Perdiste... así son las reglas del juego ¿no?.
-¡Nunca nombraste un beso!
-No iba a besarte realmente, o... ¿querías?.

El idiota me veía con su estúpida, macabra, traviesa y hermosa sonrisa.

¡CALLATE! ¿Estás acaso en tu sano juicio?

-¿Quién eres tú? ¿de dónde saliste? -Asintió antes de volverse a sentar en las gradas.
-No sé, dímelo tú. -alzó sus hombros.
-¿Es...?, esto realmente es una locura, no te me acerques y tampoco vuelvas a hablarme. -me di media vuelta dispuesto a marcharme.
-Una promesa es una promesa, ¿lo recuerdas?. Tú solías decirlo siempre.

Solía decirlo, pero desde que vi que nadie cumplía sus promesas y todos me fallaban, dejé de hacerlo.

-¿Qué sabes de mi?.
-Lo necesario.
-¿Te conozco?.
-No.
-Entonces...
-Dime algo, ¿tú me conoces?.
-No...
-Entonces...conozcámonos. -sonrío de lado, debilitando mi enojo aunque este persistía en mí.
-Ni en mis más horribles pesadillas. -Me di vuelta y caminé rápido dejándolo atrás.
-¡Hasta mañana, Alonso!. -gritó eso último sacándome de quicio.

Sonó el timbre indicando la salida de la clase a la que no asistí. Tenía cinco minutos para llegar a la próxima clase. Legué al salón y alcancé a ver a Freddy ya sentado en su lugar.
Me senté sigilosamente al lado de él, asustándolo un poco.

-¿Porqué...?
-Mis genitales pedían orinar a gritos, lo siento.
-Claro, ¿quieres que me crea que te quedaste orinando 45 minutos, Alonso?. No te creo, seguro anduviste de loquillo. -miró hacia mi mejilla.
-¿Y tú porqué crees eso? si nadie me pela.
-Tal vez por el beso que tienes en tu mejilla. -levantó una ceja y cambió su mirada a una traviesa.
-¿Qué? ¿un beso?, mientes. -dije desconcertado, realmente nadie me besó.

Freddy me dio su celular el cual estaba en 'cámara' para que usara esto como espejo.
Había un beso marcado en mi mejilla.

-Dime quién fue ¿eh?, travieso. -comenzó a reírse.
-N- No... nadie me... -fruncí mi entrecejo y miré al suelo llevando mi mano hacia mi mejilla. No sentí ni siquiera el roce de mis manos, no sentía nada en esa área. Me asusté- Freddy, dirás que estoy loco pero... no siento nada en mi mejilla. -lo vi con mis ojos abiertos hasta el tope.
-¿De verdad? -me miró bromeando- ¿Hasta si hago esto? -me pellizcó la mejilla pero no sentí nada. Su expresión en el rostro cambió y ahora lucía confundido.- Deberías ver a un doctor...
-No creo que esto sea importante, además no sé a cuál ir.
-Yo te llevo con mi tío, es un buen doctor y seguro no te cobra -me guiñó un ojo.
-Vaya, qué buen amigo tengo... aveces me pregunto qué es lo que hice para toparme contigo.
-Dame $200 y te lo haré saber. -estiró su mano y sonrío entrecerrando los ojos.
_______________

Dos de la tarde y yo seguía en la escuela. Me encontraba mirando a la ventana con mi vista perdida en la nada. Esperaba que un helicóptero aterrizará en el patio y me llevaba.

-Cristóbal Colón... -mis oídos escuchaban la voz de el profesor de historia.

Obviamente me sabia al derecho y al revés quién era Cristóbal Colón pero este profesor amaba repetirlo todas las clases.

Giré mis ojos hacia un árbol en el patio y me percaté que de este colgaban unas piernas largas y proporcionadas. Alcé mi vista y me acerqué un poco hacia la ventana para lograr ver el rostro del dueño de aquellas piernas. Me acerqué tanto que mi nariz estaba casi chocando con el vidrio de la ventana.

-Joven Villalpando, si no le interesa la clase, puede retirarse.
-Pero... yo
-Retírese.

Algo frustrado, me levanté de mi asiento y caminé a la salida del salón con mis manos en mis bolsillos hasta llegar cerca de los baños.

-¿Cuánto llevas con Bryan?
-Dos semanas.
-¿Y ya tuvieron sexo?.
-Si.
-Eres una...
-Soy una zorra, lo sé.

Jéssica dejaba ver su verdadero ser ante su amiga. Mis sentimientos hacia ella comenzaron a cambiar en cuanto escuché esas palabras salir de sus labios.

-¿Y Alonso?
-¿El perdedor de tercero?, no, con el no tendría nada ni de broma.
-Qué cruel eres, él no está mal.
-Ya sé que no está mal, pero sigue siendo un niño. No quiero ser novia de un friki aniñado.

Ni yo quisiera un ser tan despreciable a mi lado, sin sentimientos... Esta no es la Jéssica que vi en el hospital ni la que aparenta ser.

-¿Crees que deba bajar un kilo más?.
-¿Qué dices?, estás perfecta.
-No quieras mentirme.

Sgundos después, el sonido de arqueadas y el retrete dejó en claro un acto de bulimia.

-No lo hace porque quiera verse bien...-a mi lado apareció Jos como si nada, recargado sobre la pared. Mi corazón comenzó a palpitar aceleradamente por el susto.
-¿Estás demente? casi me matas. -dije susurrando.
-Está enferma, una enferma mental...como yo.
-¿Tú qué tienes?.
-Nada que no se pueda curar...¿y tú?.
-Insomnio.

Por eso Jéssica y él estaban en el hospital ese día... todo toma forma ahora. Era obvia la bulimia de Jéssica pero... Jos ¿qué tendrá?, quiero saber...

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⏰ Última actualización: Mar 24, 2016 ⏰

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Insomnio | Jalonso VillalnelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora