Capitulo 4

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-Cuando la gente reniega la existencia de alguien y luego miran a esa persona su mirada se hace gélida ; tan gélida como una tormenta de nieve en el mas duro invierno-

Estaba hecha un desastre mi cabello enredado  parecía no haber comido mucho y unas horribles ojeras  adornaban mi cara.Si una persona me viera pensaría que llevaba muerta  un par de semanas o meses de eso no había duda  aparte la mirada de mi  reflejo en la ventana  no tenia ganas de seguir viéndome.

No hace mucho había despertado y eso fue un gran acontecimiento ya que lo había intentado muchas veces y siempre terminaba con un jodido dolor de cabeza antes de quedarme inconsciente.

Y el hecho de que tuviera que realizar  un esfuerzo considerable para intentar sentarme en la cama hablaba de mi casi e inexistente fuerza física ademas de que me sentía mentalmente hecha papilla y el cuarto en el que estaba no ayudaba para nada era de un blanco deslavado, las cortinas de un color marrón y los sillones de un verde oscuro con horribles flores amarillas del tamaño de mi palma.

Definitivamente debían  despedir al decorador.

Lo único aceptable de este lugar eran los grandes ventanales de la parte lateral a mi cama haciendo mas luminoso el cuarto y te daban una vista panorámica del lugar.

Empece a mirar la habitación por si había algún aparato que me diera la fecha pero al parecer odiaban la tecnología intente resoplar pero  sentía como si lijaran mi garganta.

Genial ahora ni siquiera podía mostrar mi frustración conmigo misma porque estaba hecha una mierda y para el colmo ni siquiera recordaba que me había pasado.Una dolorosa punzada me atravesó en un instante dejándome un desagradable sabor de boca y unas inmensas ganas de llorar.

Pero no sentí ese liquido  que siempre acompañaba a esas sensaciones ni tampoco esos hipidos y lamentos porque seguramente mi cuerpo no tenia ganas de soportar mis berrinches y reclamos .

No tenia ganas de moverme y no creía poder  llegar a la puerta porque tenia mi brazo conectado a un par de aparatos que controlaba tanto mi ritmo cardíaco como mi respiración, una intravenosa que si la desconectaba tal vez colapsaría  y si no me moría al tratar de escapar me atraparían antes de llegar a alguna parte.

Me quede mirando por las  ventanas el azul que coronaba el cielo era eso o empezar a maldecir todo.

No se cuanto tiempo estuve mirando pero un estruendo seguido de un grito  me saco de mi ensoñación aparte la mirada para concentrarme en los causantes del alboroto.

 Una señora como de unos 40 años se encontraba  cerca de la puerta con su cabello en un ordenado y pulcro moño, tenia el uniforme característico de las enfermeras y a sus pies se encontraba una charola de metal junto los restos de una jarra de agua y algunas jeringas con sus respectivas ampolletas.





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⏰ Última actualización: May 23, 2016 ⏰

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