Capítulo II

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Perseguí a aquellos hombres hasta lo que parecía un bar... 

Entré y ví a aquella chica sentada en un taburete, en lo que parecía un escenario. 

Tocó las primeras notas, entonces pude sentir el dolor en aquella canción. The One That Got Away de Katy Perry en versión acústica... 

Su voz era tan hermosa, tan armónica y melodiosa como su nombre. Ella parecía sentir aquella canción. Cada palabra y cada acorde contaba una historia, la cual se podía ver reflejado en esos hermosos ojos de color miel.

Su mirada se clavó en mí... 

Mi piel se erizó, mi mente se inundó de pensamientos horribles. Ella siguió tocando hasta que aquellos mismos hombres la detuvieron. La llevaron a algún sitio más interno de aquel local, los perseguí y escuché la conversación que establecían.

—¿Cuánto más tengo que estar aquí? —Reconocí su voz... Melody.

—Hiciste un trato con este lugar... ¿Ya no lo recuerdas?

—Lo recuerdo. Pero, he actuado lo suficiente aquí como para poder irme...

—No lo creo. Nunca debiste pedirnos un préstamo...

—Estaba necesitada de fondos... ¿Podrías tenerme un poco de compasión?

—¡Cállate! 

—¡Mis padres me abandonaron cuando tenía ocho años! ¡He vivido sola durante todo estos años! 

—¿Y a mí qué?

—Eres un maldito hijo de perra... 

Pude oír un golpe...

—¡Pégame! —Dijo ella—Pero, ¡Yo me largo de aquí!

—¡Tú te quedas aquí hasta que a MÍ me de la gana! 

Ella salió corriendo de aquella habitación, me vio y entre lágrimas huyó. 

Intenté perseguirla pero, era demasiado tarde... Ella montó en un taxi y se fué de aquel lugar. Unos hombres de traje negro montaron en un auto bastante desgastado y empezaron a perseguir al taxi. 

♫♫♫

Mi nombre es Melody Hills y ahora me encuentro en una situación de vida o muerte.
Estoy siendo perseguida por unos hombres que son parte de la Mafia Rusa...

Mi intención no fué la de hablar con ellos pero, sin embargo acabé necesitando ayuda... Nunca imaginé que ese bar era parte de sus planes corruptos. 

—Señor, ¿Puede ir más rápido?

El taxista aceleró e intentó esconderse de aquella chatarra en la que iban los bandidos. Lo consiguió y me dejó en un pequeño callejón. Agradecí y pagué una buena cantidad de dinero al señor que acaba de salvar mi vida. 

 Corrí por aquellas calles que parecían atraparme cada vez más. Caí rendida de tanto correr... 

—Hola, ¿Te encuentras bien? 

—La verdad no. 

—Ven.

El joven chico al que le calcularía unos veinticinco, me ayudó a levantar y me subió a su espalda. Llegamos a una bonita casa, en la que sus colores eran el mayor encanto apreciable. 

—Esta es nuestra casa. Vivo con mi novia pero, estoy seguro de que hay suficiente espacio para tí.

—No deberías haberte molestado.

—No es ninguna molestia... Siempre me ha gustado ayudar a la gente y a mi novia también. Estoy convencido de que le agradarás.

Entramos, una joven chica se encontraba sentada en el único sofá de aquella casa. Al ver que su novio entraba conmigo a sus espaldas, automáticamente se levantó y le indicó a él que me pusiera en el sofá.

—¿Qué le pasó?—Preguntó ella.

—La encontré en plena calle... Esta cansada y hambrienta.

—¿Cómo sabes que tengo hambre? —Pregunté

—Porque mientras te traía pude oir como tu estómago rugía. —Me regaló una sonrisa.

—Entonces, prepararé algo... ¿Quieres ver televisión? —Dijo la chica—Mi nombre es Grace y él ... Seguro que todavía no se ha presentado. Perdónalo, pero siempre es así, un poco despistado...

—A veces... Mi nombre es Scott y ¿Tú?

Sonreí levemente—Mi nombre es Melody Hills. 

—Un verdadero placer. ¿Qué te ocurrió? 

—Bueno, es una historia un poco larga... Os agradecería un buen café.

—No hay problema —Dijo Grace  —Estarás bien aquí. Te lo prometo. 


Mi Melodía Eres Tú #Wattys2016 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora