Hay historias para dormir e historias para despertar. Siempre nos han contado historias para acostarnos, para dormir. Aunque, si bien se mira, son especialmente valiosas las historias que ayudan no a dormir sino a despertar.
En realidad esta es una historia no de ficción, sino basada en hechos reales. Una historia que nos interpela sobre el contenido y la finalidad de la enseñanza. He repetido muchas veces que no hay conocimiento útil si no nos hace mejores personas. La finalidad de la enseñanza no sería, a mi juicio, meter en la cabeza de los estudiantes una serie de datos, principios o informaciones inertes, sino un conocimiento que movilice la voluntad hacia el bien.
Quiero compartir hoy con los lectores y lectoras una historia para reflexionar sobre nuestra labor como profesores y profesoras. La he leído en un blog llamado La página de Valeria Torres. Se trata de una historia sobre las tan repetidas quejas sobre la falta de interés de las clases y la consiguiente falta de atención por parte de nuestros alumnos hacía aquello que les explicamos. Muestra el camino para atrapar, para atraer, para "enamorar" a nuestros alumnos y alumnas. Una herramienta para luchar contra la desmotivación y la apatía. Y, sobre todo, para ayudar a pensar y a convertir la enseñanza no en una mera acumulación de conocimientos sino como un instrumento para comprender la realidad y para comprometerse con su mejora.
Cuenta la historia una de las alumnas presentes en la clase donde y cuando suceden los hechos, Ella es testigo de lo que sucede y cuenta sus impresiones y la repercusión que tuvo en ella la lección.
La historia transcurre el primer día de clase cuando el nuevo profesor entra en el aula y sin tan siquiera presentarse, ni plantear los objetivos, ni el programa de su asignatura, ni la metodología que se va a seguir, ni el proceso de evaluación que va a llevar a cabo, lo primero que hace es dirigirse a uno de los alumnos que está sentado en la primera fila, preguntándole su nombre
- Me llamo Luis, profesor, contesta el alumno, un tanto sorprendido y desconcertado.
Lo segundo que hace es gritarle a Luis y exigirle que salga de la clase inmediatamente. El alumno le mira con incredulidad y asombro. Quiere preguntar y hasta protestar, pero el profesor no le da oportunidad.
- Salga inmediatamente. Cierre la puerta al salir. ¡No le quiero ver más aquí!, le grita imperativamente.
Temblando de nervios y rabia, toma sus cosas y sale sin decir una palabra y sin olvidarse de dar un portazo para cerrar la puerta.
Hasta aquí los hechos y ahora la vivencia de una de las compañeras de Luis. "Todos nos quedamos asombrados y en completo silencio. Mientras el profesor sacaba un libro de su maletín, yo le miraba y pensaba que era un completo idiota, un déspota indecente y que seguramente nos haría la vida imposible todo el semestre. ¡Qué tipo tan insoportable!
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Espero y les guste esta historia, me inspire durante 2 semanas y media para hacerla! >:'p
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No calles la verdad
RandomHay historias para dormir y otras para despertar .... Esta historia nos ayudara a abrir los ojos ante la naturaleza humana! Quiero compartir hoy con los lectores y lectoras una historia para reflexionar sobre el no callar lo que en verdad pensamos ...