11- {Te robaré}

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Damian, estacionó el coche justamente delante de la mansión de Jason. Bajó de prisa, eran las 00:00 clavadas.

Debía de ayudar a su hermana

Tocó el timbre de la gran casa y en cuestión de segundos una señora de: piel morena, estatura pequeña, cabello recogido. Abrió la monumental puerta.

-hola joven, buenas noches ¿A quien busca? - la mujer sonrió después de preguntar. Damian apurado contestó.

-Buenas noches. Estoy buscando a Jason ¿Usted podría comunicarle que estoy aquí? - Le respondió. La savia mujer asintió.

-por supuesto - la amable y humilde mujer desapareció por un momento.

El móvil de Damian empezó a sonar. Alexander ya estaba de pesado.

-hola papá- comenzó a hablar.

-¿Que está haciendo tu hermana?- Alexander cuestionó molesto.

-Papá, nunca te he llevado la contraria. Estoy muy enfadado contigo. Estás siendo demasiado injusto con Daphne - Dicho esto Damian finalizó la llamada.

Su padre era un monstruo

Jason estaba justamante detrás escuchando todo. Ambos se saludaron con un fuerte apretón de manos.

-¿Que te trae por aquí? - Jason sonrió.

-mi padre ha castigado a Daphne. Por una estúpida razón. - Damian respondió. Jason apretó sus manos, haciendo en forma de puño, estaba harto. Maldito, hijo de puta.

-¿Que sucedió? - Jason preguntó.

Damian e Jason se sentaron en el enorme sofá de alta costura. Esa casa era grandiosa y magnífica.

-Daphne, por primera vez replicó a papá. Está presionada y manejada. Papá es demasiado protector con mi hermana, nadie puede con él...

Nuestro protagonista sintió su sangre hervir, como una caldera. Le daba rabia, mucha rabia. Esa dulzura, no tenía que estar de esa manera. La casa de Daphne era un infierno, gracias al diablo Alexander.

Damian le dio la carta a Jason, para que la pudiera leerla. Él no dudó ni un momento, en leerla. Esa delicada y bonita caligrafía. Era magnífica, su letra era legible.

Hola Jason, soy yo Daphne. Siento haberme alejado de ti. Necesito que vengas esta noche a mi casa, al rededor de las 00:30. Mis padres no estarán. Mi hermano te ayudará a entrar.
Te necesito.

-¿Tus padres están en casa? - Jason se levantó rapidísimo del sofá. Debía y deseaba ayudarla.

-no, así que es mejor que vayamos rápido - Damian respondió. Ambos se miraron, salieron de la gran mansión en sueño.

Tenía que rescatar a su princesa

♥♥♥

Jason observaba a Daphne descansar. Su cabellera tapaba una pequeña parte de su afeminado rostro, sus labios estaban levemente cerrados.

Cerró los ojos inhalando la dulce olor de su cuarto. Estaba en un sueño, sin duda alguna.

Su habitación era un santuario. Amplio, limpio y dulce.

La cama amplia e cómoda, estaba acompañada de un gran dosel blanco, vestido de rieles con visillos. Las paredes eran notoriamente blancas. Pero gracias a la lámpara de nube que caía del techo se veía de un color fantasía, similar a una galaxia.

{Dulce Presencia}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora