Me miré al espejo, y vi a alguien que ya no quería ver. Dios, mi pelo estaba hecho un asco, tenía que tomar una ducha y rápida porqué ya se me agotaba el tiempo.
Cuando salí de la ducha, no había hecho grandes transformaciones, me mire nuevamente en el espejo, y lamentablemente, seguía siendo yo. Con mis rizos rubios mojados, y un poco de pintura negra debajo de las pestañas, producto del delineador que había usado anoche. Mi boca seca y algunas y pequeñas pecas marrones. Mis ojos verdes un tanto cansados y unas ojeras bajo de ellos.
Usé un poco de corrector de ojeras y me lo puse con la esperanza de que cubriera la mayor parte. Cepillé mis dientes, también mi pelo, y salí del cuarto de baño.
Cuando bajé a la cocina, dejé mis libros y la mochila sobre la mesa, y me senté a desayunar. Mamá había hecho panqueques y para acompañar el infaltable café y jugo de naranja. Tostadas también acompañaban la mesa, y jalea y mantequilla a un costado. Miré por la ventana y vi que el sol yacía afuera, mamá me esperaba en el auto y a apuradas pude hacerme dos trenzas para unírmelas en forma de una corona, y acomodé el resto de mi cabello para que no se viera tan despeinado, suelo tardarme demasiado, pero esta vez lo hice en tiempo record, me despedí de Brady y de Jack, mi gato negro, y salí de casa, encontrándome con la dulce brisa veraniega de verano que resoplaba en Georgia.
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El mundo de Heather
Novela Juvenil-Y ya me ves, pues así es como soy. No intento ni intentaré cambiar. Si te gusta bien, y sino, pues jódete. "Y ya la ven, ella es Heather, queriendo aparentar ser fría, pero si la beso cerca del cuello, ella se derrite. Es rebelde, con su maldita a...