Capitulo 1

80 3 0
                                    


Van dos años tres meses y veinticuatro días que llevo asistiendo al mismo lugar a la misma hora, seis de la tarde en el café de la esquina. Sea porque es el camino de regreso a casa o solo sigo sin superarlo.
Mi nombre es Abril tengo 16 y medio hace tres años conocí a Lían un chico callado que asistía a clases conmigo que de la nada se me declaró y pidió que saliera con él. Como toda buena dama me negué rotundamente dejándolo sólo bajo la llovía; ya que para la suerte del pobre el día que fue rechazado llovió.
Molesta por la lluvia, en mi interior culpaba a Lían por hacer que me quedara después de clases y me quitara mi tiempo. Sé que cualquiera que pensaría que soy una mala persona sin corazón pero en su interior lo diría con otras palabras, y aunque no tenga aparente justificación, la razón de mi frialdad era la burla constante de las personas hacía mi persona. Vez tras vez mi madre tuvo que sacarme de escuelas, era la clásica niña buena a la que todos les gusta jugar bromas. Así terminé cansándome y me convertí en una persona apática y anti social.
En fin volviendo a la historia el día siguiente en la escuela todos me miraban con cara de odio, no sabía el por qué después de todo lo paso el día anterior no era su problema. Supongo que era lo único que podían hacer igual nadie me hablaba. Tome mis audífonos y comencé a rayar mi libreta, así hasta comenzar la clase entró el maestro al salón y dio las indicaciones.
-por favor formen grupos de dos y tres personas- como era de esperarse quede sin equipo, acostumbrada a ello me levanté y fui a donde el maestro para preguntar dónde me acomodaría
-maestro, no tengo equipo-con una expresión cansada exclamó
-Abril ¿Otra vez?- baje la mirada, claro que me disgustaba esa situación pero no podía hacer algo más igual terminaría en un lugar donde no me deseaban, el maestro se levantó de su silla y alzó la mirada
- ¿Alguien que aún no tenga equipo?- tímidamente en una esquina solo Lían levantó la mano-Bien ahí tienes con quién trabajar-traté de sonreír y alguien gritó al fondo
-haber si no lo dejas solo bajo la lluvia de nuevo- todos comenzaron a reírse y Lían se sonrojó, las burlas no paraban, yo tenía cierta inmunidad pero ese chico era todo lo contrario
El maestro intentó calmar a los alumnos, mientras yo jalé una banca y me senté a su lado; después de todo pudo haber sido peor pensé.

Mi vida de secundariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora