El Secuestro.

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Kane, era una chica alta, de cabellos rubios, con ojos verdes, un poco introvertida y medio alemana.

Cuando tenía 8 años, su padre Adolf,  desapareció de la casa donde vivían con su madre Elisa y su perro Bobby. Nadie sabía lo que había pasado.

Kane, paseaba un día por la calle a Bobby, a lo que, cuando entró a comprar el pan y alguna que otra chuche para ella, apareció un hombre con un pasamontañas en la cara. Cogió a Kane y a Bobby y les metió en una furgoneta blanca con la que había llegado hasta el lugar donde Kane compró el pan. 

Nadie fue testigo del secuestro.

Cuando ese misterioso hombre se quitó el pasamontañas, Kane se acercó a él para ver quien era. A sorpresa de Kane, era su padre.

-¿Dónde vamos Papá? -dijo casi en un susurro-

-A casa hija -mintió-

La niña no entendía nada. Pero al fin y al cabo, era su padre. No creía que le hiciese nada.

Llegaron a una casa, no muy lejos de la suya. Estaba todo muy desordenado, había muchas botellas de alcohol encima de la mesa. Una jeringuilla , y algún que otro envoltorio de preservativo usado.

-¿Qué es todo esto papá ?

-Nuestro nuevo hogar, hija -dijo él-

-Pero... Mamá también se va a venir a vivir con nosotros, ¿verdad ?

-Mamá es mala, no te quiere. Solo quería hacerte daño.

Kane sorprendida, no respondió. Se fue a investigar que había mas allá del salón. Entró a una pequeña habitación situada al final del pasillo. 

-Bobby dormirá contigo en esta habitación. ¿Te parece bien mi niña ?

-Claro papi, gracias. -le sonrió-

Todo parecía tan extraño allí... Es hora de dormir -pensó-, mañana será otro día. 

Mi primera pequeña historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora