Capitulo 3: Mano sanadora

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Me desperte con el dolor de mi hombro, de alguna forma habia terminado boca abajo y lo que salia de mi hombro, que al parecer era un pedazo de fierro, no permitia que mi pecho toque el piso. La adrenalina se habia esfumado y me dolia todo el cuerpo, pero dando una inspeccion general mental, llegue a la conclusion de que lo mas dañado era mi hombro traspasado y mi cabeza que parecia estar sangrando por la cortina roja que cubria uno de mis ojos y por el fuerte martillear de mi cabeza en esa parte.

En eso senti como alguien ponia un pie sobr emi espalda y antes de que pudiera tan siquiera pestañar, la persona estaba arrancando de un tiron el fierro y mi pecho colisionaba por fin contra el suelo. Tenia apretados los dientes mientras las lagrimas caian sin parar de mis ojos y habia gritado sin ni un solo sonido, la persona se acunclillo y senti como apretaba algo dolorosamente contra la herida del hombro, leugo extendio su mano dejando ver un tipo de trapo.

-pontelo del lado por el que entro, hay que parar la hemorragia que ya has perdido mucha sangre.- Su voz sonaba muy extraña, como si hablara mientras apretaba los dientes. tome el paño casi sin fuerzas y me levante lo suficiente como para ponerlo debajo de mi nuevo agujero.- ahor aque lo pienso no has gritado, que tipo duro que eres.- dijo con un tanto de sarcasmo, aunque dudaba que este tipo supiera que era mudo.

Deje mis manos a las vistas y empeze a moverlas.

-<si tuviera voz ya te hubiese gritado cosas asquerosas ocn el dolor que me hiciste pasar>

-oh...eres sordo-mudo.- negue con el dedo y me señale a mi oreja y subi mi pulgar.- ¿entonces solo eres mudo?- volvi a poner mi pulgar arriba para confirmarlo- ya veo, tienes suerte, tu no t equedaras sin voz de tanto gritar d edolor.- mi cara se transformo en una mueca.

No me la creia, el mundo se habia venido abajo y la mitad de la gente estaba muerta o herida de gravedad, y al señor se le daba por andar haciendo chistes sin ninguna gracia. Saque mi dedo medio, el solo rio sonoramente, pero algo estaba mal en esa risa.

Levante mi cabeza y aun en la oscuridad pude ver como su nariz apuntaba completamente para otro lado, tuve que desviar la mirada y tapar mi boca para que mi estomago no se vaciara.

-¿feo no? pues hay personas peores aqui, yo la saque barata, un tabique roto no es algo dle otro mundo. Aunque los vidrios que me clave al caer si que hicieron las suyas, aunque son todas heridas externas.- volvi a levantar mi cabeza para poder ver vagamente que su remera estaba toda manchada de sangre con agujeros por donde supongo que estaban los vidrios, sus manos tambien estaban cortadas por intentar sacarlos y por lo que veia su cabeza tambien habia sido golpeada ya que la mitad de su cabeza se veia mas oscura.- ¿oh esto?- dijo tocandose el lado de su cabeza y haciendo una mueca.- debe ser igual de malo que el tuyo.

Me removi un poco y despacio me voltie quedando boca arriba, produciendo que la herida d emi hombro me hiciera moder mi labio del dolor, hasta hacerlo sangrar; luego me sente despacio, las telas que me habia puesto en el hombro cayeron completamentes rojas con mi sangre, las aparte y apoye una mano en el piso y me impulse para arriba hasta quedar parado. Mi mundo dio una vuelta completa y senti unas manos agarrandome.

-idiota, ¿quieres matarte?-dijo el mientras me volvia a sentar y estampaba mi espalda contra el piso otra vez, subiendo mis piernas, todo esto en cuestion de segundos.-¿te da vueltas todo?- asenti con una mano sobre mis ojos para intentar hacer que todo deje de girar.- has perdido mucha sangre y eso hace que tengas baja la presion, por lo cual no puedes andar parandote tan de repente a menos que quieras volver a darte la cabeza y terminar abollando tu craneo si es que ya no lo esta.- bajo mis piernas con cuidado y las dejo en el suelo- hay mas personas heridas, asi que por el bien de ellos no te levantes hasta que te lo diga, soy medico asi que se de lo que hablo. Por favor, quedate quieto.

Asenti haciendo que todo vuelva a girar y eso que mis ojos estaban cerrados. Los gritos y gemidos de dolor ayudaban a olvidar tu propio dolor y gracias a la explosion de la electricidad no podia ver toda la sangre ni a las personas, aunque el olor a sangre y a otro tipo de fluidos te hacian imaginartelo perfectamente. Pero gracias a que mis ojos se habian acostumbrado a la oscuridad, y vease que estoy siendo sarcastico, todo se estaba haciendo mas visible, desde el brazo que se encontraba a un par de pasos de mi, tirado sin dueño; al charco de sangre que estaba a unos metros.

Abri los ojos otra vez y mire para mi costado, por lo que podia vizlumbrar era la chica ciega que yacia no tan lejos de mi, el medico estaba tratandola y llegue justo a tiempo para ver como le volvia a meter el hombro en su lugar haciendola gritar mas alto d elo que ya estaba gritando. En la mano que antes ella se estaba agarrando vi como el medico le habia puesto dos tablones de lo primero que encontro para inmovilizar el hueso fracturado.

El medico siguio tratando a las personas y en un momento me grito que me sentara muy muy despacio y que me quedara ahi hasta nuevo aviso, mientras yo lo hacia vi como llegaba a FRed que estaba un poco mas lejos que la ciega, a el a diferencia que la chica le acomodo el pie que apuntaba para otro lado, el no grito cuando eso paso pero pude escuchar el exhalar de aire bastante sonoro que hizo en remplazo a un grito. Luego escuche como el medico silbaba y le decia lo cerca que estuvo un vidrio de cortarle una arteria y que de suerte no se habia fracturado el brazo, pero sacando eso que no le apsaba nada grave,.

A medida que veia los diferentes tratamientos que hacia el medico me iba sintiendo peor, hasta que llego la gota que colmo el vaso y esa gota era un hombre, mejor dicho, el dueño del brazo que yacia a mi lado.

Las palabras del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora