Slut Squad. (Escuadrón De Zorras.)

Maratón 1 de 5/ Capitulo 3.

Me desperté confundida, no recordaba casi nada del día anterior.

Me incorporé y me di cuenta que estaba en otra habitación

¿donde mierda estoy ahora? oh, es el loft de Evan, ahora todo tiene sentido

—buenas noches fea durmiente— escuche su voz

— ¿noches?— pregunté

esperen, me había dicho fea

¿me habia dicho fea?

¡¿ME HABÍA DICHO FEA?! 

—son las nueve de la noche—respondio sonriendo de medio lado

me habia dicho fea. 

—¿que estoy haciendo aquí? —pregunté saliendo de la cama, seguía vestida con lo mismo que tenia antes, unos vaqueros negros con rotos y un top blanco con una camisa de cuadros roja.

— yo te traje— respondio. ¿no enserio? casi ni me di cuenta—no pensaba dejarte sola ahí, así que te traje. Y a Simon también

—¿alguien me invocó?—preguntó este ultimo desde lo que creo que fue la cocina para luego aparecer en el umbral— ¿como te va, Elsa?

Me decía así porque mi cabello era blanco y el de esa princesa también, solo que yo no tenia poderes de hielo. La vida es triste

—Tengo hambre — ignoré su pregunta

—¿se le antoja un taco a la princesa?— pregunto Evan poniéndose su abrigo

en teoría era la reina.

—Vamos—respondí tomando mis zapatos que se encontraban justo a los pies de la cama. Tome prestado uno de sus suéteres y junto con Simon salimos hacia un restaurante que quedaba bastante cerca del apartamento de Evan.

El vivía en Santa Monica, me gustaba mucho ir a visitarlo a su apartamento, casi siempre salíamos a la playa.

entré en su auto y dejé que Simon se sentara en el copiloto, yo me recosté en las sillas de atrás y me dispuse a dormir, estaba muy cansada y ni siquiera sabía por que.

después de cinco minutos nos encontramos frente al restaurante, en él se podía ver un letrero con letras amarillas y rojas que decía "VATHEK"

me gustaba el restaurante, era temático y por eso su nombre, Vathek era una novela de William Beckford, todo el restaurante era ambientado y a decir verdad me encantaba, era muy peculiar. Las mesas eran circulares y pequeñas en lo que supongo era Caoba, sobre estas siempre había un libro para ojear, usualmente alguna novela de Tennyson o shakespeare. la iluminación constaba de grandes arañas colgantes y una que otra vela en las mesas, había cuadros de escritores y estatuas de estos por el lugar, que era bastante grande. Había un par de puertas con antorchas a cada lado que llevaban a un enorme jardín con una fuente y varios senderos con rosales a los lados, solían usarlo para las fiestas infantiles.

Las meseras se vestían con largos vestidos de muselina color escarlata que llevaban amplias faldas y anchos sombreros con flores, las manos siempre iban cubiertas en guantes del mismo color. A Evan no parecía gustarle mucho la primera vez que lo visitamos, en cambio yo me enamoré.

entramos y nos sentamos en una mesa que quedaba cerca a la puerta del jardín, que se encontraba abierta.

—asi que...—comenzó Simon y yo supe a donde iba

— les contaré, ¿vale? solo necesito tiempo — lo corté mirando a mis manos

este miro a Evan y trago saliva