Maratón 3 de 5/ capítulo 5

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Tres años atrás

Madrid – España

—¿Mia, crees que es correcto hacer eso? Te hemos buscado toda la semana. — mi madre cruzó los brazos desesperada mientras tomaba el teléfono y marcaba un numero.

—ya apareció, Santiago. — dijo ella y supe que hablaba con mi papá—. quiere hablar contigo — me pasó el aparato y yo lo tomé dudosa

—¿hola? — dije al teléfono

Un suspiro se oyó desde la otra línea

—¿ donde estuviste? — preguntó frío

Piensa Mia piensa.

—Yo....

Dios busca una maldita respuesta de una buena vez. ¿quieres callarte? no es tan facil, tu deberias buscar una maldita respuesta, tu eres mi conciencia, no yo.

—¿no vas a responderme?, Bien. Es la última vez que soportamos algo así, te irás al internado.

—¿QUE? — abri mis ojos como platos

—hablamos esta noche. Adios. — dijo mi padre atravez del teléfono

Colgué y trague saliva, esa había sido sin duda la conversación mas corta de mi vida, pero la más aterradora.

¿el internado? No pueden enviarme a un internado. Definitivamente no.

Suspiré y dejé el teléfono sobre la isla de la cocina. Subí las escaleras a mi habitación arrastrando los pies.

Este iba a ser un largo día, a decir verdad. ¿adivina de quien es la culpa? ahora tendremos que vivir con muchas chicas, encerradas todos los días por que tu estupidez es del tamaño de Rusia. Callate mierda.

abrí la puerta de mi habitación y la cerré dispuesta a quedarme ahí todo el día.

—¿balbuceando cosas sin sentido de nuevo? — mi corazón, y mi cuerpo, dieron un brinco.

—Mierda Sebastián, me has dado un susto de los mil demonios — respondí caminando hacia él.

Estaba apoyado en el marco de mi ventana la cual yacía abierta. Llevaba unos jeans ajustados, un sueter y un abrigo gigante, se veía bien.

—vale, ¿el que te ha dado un susto soy yo? Deberías mirarte a un espejo – su grave risa hizo aparición

Fruncí el ceño y fui hasta el espejo de mi pared. Vaya que sí me veía mal, el castaño cabello revuelto en lo que alguna vez fue una trenza, mis ojos azules hinchados y con el rímel corrido, los labios considerablemente secos y partidos, la piel pálida.

Sin contar con mi ropa. Un abrigo de invierno cubierto de nieve y suciedad, mis jeans rotos a causa de un rasguño días atrás, también llenos de suciedad y con partes mojadas por la nieve que se había derretido en ellos. Mis botas con la suela gastada y una bufanda que llevaba de todo pegada en ella.

—necesito un baño, definitivamente — dicté y me encaminé hacia el baño, paré a medio camino — Sebs, ya puedes irte — alcé una ceja al ver que no se movía —¿Qué sucede? — pregunté

—Báñate y alista tu equipaje, nos vamos a Nueva york — me dedicó una sonrisa torcida

—no estoy de humor para bares y antros extraños — dije

Su sonrisa se agrandó aún mas — no es un bar, cariño, es una ciudad.

—¿Qué? — estaba confundida

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⏰ Última actualización: May 23, 2016 ⏰

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Slut Squad. (Escuadrón De Zorras.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora