Idun

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Iðunn (cuyo posible significado sea "siempre joven" ) es una de las Asinjur(diosas) de la mitologia nordica. Iðunn sólo aparece en la Edda poetica, compilada en el siglo XIII de antiguas fuentes tradicionales, y en la Edda prosaica, escrita en el mismo siglo por Snorri sturlosun. En ambas fuentes, se la describe como la esposa del dios escaldigo Bragi, y en la Edda poética se le da también el rol de guardiana de las manzanas que dan a los dioses eterna juventud. Varias teorías rodean su figura, y uno de los montes de Venus, Idunn Mons, fue nombrado por ella.

Idun, la personificación de la primavera o de la juventud eterna, la cual, según algunos
mitólogos, no había tenido un nacimiento y nunca experimentaría la muerte, fue
cálidamente bienvenida por los dioses cuando hizo acto de presencia en Asgard junto a
Bragi, su esposo. Para asegurarse su afecto, ella les prometió un bocado diario de las
maravillosas manzanas que llevaba en su estuche, y que tenían el poder de otorgar la
juventud y la belleza eterna a todos aquellos que las saborearan.
Gracias ala fruta mágica, los dioses escandinavos, que, ya que habían surgido de una
mezcla de razas, no eran todos inmortales, evitaron el paso del tiempo y la enfermedad
por ellos, y se mantuvieron enérgicos, hermosos y jóvenes durante innumerables
décadas. Consiguientemente, estas manzanas fueron consideradas una posesión muy
preciada, e Idun las atesoraba cuidadosamente en su cofre mágico. No importaba el
número de ellas que extrajera, el mismo número quedaba siempre dentro para ser
distribuidas en el festín de los dioses, los únicos a los que ella permitía que las
saborearan, a pesar de que enanos y gigantes estaban ansiosos por poseer la fruta.

Ya que la desaparición de Idun (vegetación) era un suceso anual, podemos esperar
encontrar otros mitos que tratan acerca del llamativo fenómeno y existe otro favorito de
los escaldos, el cual, desgraciadamente, ha llegado hasta nosotros de forma fragmentada
y muy incompleta. Según esta versión, Idun se encontraba en una ocasión sentada sobre
las ramas de fresno sagrado Yggdrasil, cuando, desvaneciéndose súbitamente, aflojó su
agarre y se desplomó hacia el suelo que se encontraba por debajo de ella, hasta las más
infranqueables profundidades del Niflheim. Allí yació, pálida e inmóvil, contemplando
con ojos fijos y llenos de terror las horribles vistas del reino de Hel, estremeciéndose
violentamente mientras tanto, como alguien vencido por un frío penetrante.
Viendo que no regresaba, Odín ordenó a Bragi, a Heimdall y a otros dioses que fueran
en su búsqueda, entregándoles una piel blanca de lobo con la que pudieran arroparla,
para que ella no sufriera el frío y pidiéndoles que emplearan todos sus esfuerzos para
despertarla del estupor que su presciencia le habían dicho que se había apoderado de
ella.

Idun permitió pasivamente a los dioses que la arroparan en la cálida piel de lobo, pero
ella rehusó persistentemente hablar o moverse y de su extraño comportamiento
sospechó tristemente su marido que ella había experimentado una visión de grandes
desgracias. Las lágrimas corrían continuamente por sus pálidas mejillas y Bragi,
abrumado por su tristeza, pidió a los otros dioses que regresaran a Asgard sin él, jurando
que permanecería junto a su esposa hasta que ella estuviera preparada para abandonar el
lúgubre reino de Hel. La visión de su dolor le oprimió tanto que no tuvo corazón para
sus habituales canciones alegres y las cuerdas de su arpa permanecieron mudas mientras
él continuaba en el inframundo.

En este mito, la caída de Idun es simbólica de la caída otoñal de las hojas, que yacen
desamparadas sobre el frío y raso suelo, hasta que la nieve las oculta de la vista,
representada por la piel de lobo, que Odín, el cielo, envía para mantenerlas templadas y
el cese de los cantos de los pájaros se representa posteriormente con el silencio del arpa de bragi

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