CAPITULO 1

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Fundió sus labios en los de aquella pelirroja una vez más. Un suspiro se escapó de su boca y estremeció a Nora con un agradable calor en él vientre.

—Podría hacer esto toda mi vida— Murmuró Patch deslizando su pulgar por la mejilla de su amada. Nora sonrió y al toparse con aquellos ojos angelicales y protectores intentó reprimir una sonrisa mordiendo su labio.

—Eres tan...provocativa—Metió su mano detrás de la nuca de Nora y se inclinó para besarla, una vez que atrapó su labio inferior entre los suyos, la sensación de su piel con la de Nora era distinta, imperceptible, como...si no estuviese besándola.

Movió los dedos de sus manos para enredarlos en la melena rojiza de su Ángel, pero no sintió su docilidad. Abrió sus ojos lentamente, encontrándose con la imagen de Nora aun con los párpados entornados y sus labios fruncidos desvaneciéndose en él tiempo. Antes de articular una sola palabra quiso tocarla y aferrarse a su cuerpo, pero sus manos también se desvanecían. Al igual que él resto de su cuerpo llevándolo a un agujero negro, un espacio en él que nada existía y nada veía. Intentó gritar, pero fue en vano, su voz, no lograba salir.

Y como si nada se encontraba en un bosque, los árboles eran demasiados altos y empinados, es mas, la variedad de árboles mas bien parecía una mezcla de árboles de todo el mundo, había pinos, que pertenecían a Canadá, Palos borrachos, que pertenecían a Argentina, de toda clase de arboles.

Miró el suelo dónde estaba parado y el terreno era pura tierra, era un círculo de unos cinco kilómetros cuadrados, a su alrededor. Camino unos dos metros y de pronto una flecha cruzó justo por encima de su hombro.

¿Que demonios?. Pensó.

Busco detenidamente con la mirada cada árbol y arbusto que había en el lugar y diviso un cuerpo moviéndose entre los árboles. ¿Un simio? ¿Orangután? ¿Que demonios era?

Otra flecha paso por encima de su cabeza y siguió con la vista el lugar de donde había salido la flecha. Corrió hacia allí, y vio un cuerpo corriendo por la arboleda. Corrió mas rápido y cuando estuvo lo suficientemente cerca de la persona se lanzó sobre ella.

Miró ceñudo a la chica, que se removía como gusano debajo de él.

—Si te quedas quieta, te dejo niñita—. Gruño.

— Déjame— Trato de quitárselo de encima.

Su peso no era nada liviano para el cuerpo de Katniss.

Patch se levantó de encima de Katniss, pero sin soltarla, la mantuvo todo el tiempo tomada del brazo.

—¿Por que diablos me has disparado? ¿Es que acaso tu estas loca?— Exclamó Patch.

— Pensé que eras uno de los malos— Se encogió de hombros.

Y es que de verdad lo pensaba, ya que él atuendo de Patch no ayudaba mucho, vestía unos Jeans grises, unas botas militares negras, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negra.

—¿Que me vez cara de villano o que?— La miro ofendido.

Si. Pensó en decirle Katniss pero se quedó callada.

— Ya, no importa— Patch puso los ojos en blanco— Soy Patch ¿Y tu?.

— Soy Katniss— Patch soltó el brazo de Katniss.

— Bueno Kats ¿Sabes en donde nos encontramos? — Preguntó.

Había estado con esa pregunta en la cabeza desde que había llegado.

— No me llames Kats, y no, no tengo ni idea de donde estamos, simplemente llegue aquí, como si nada.

Se quedaron en silencio por un momento y los cantos de los pájaros se escuchó.

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