Dos

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-Creo que te he visto en algún lado.- le digo al chico enfrente de mi.
-Tal vez cuando estabas manejando como maniática.
- Oh, ¿Eras tu? Que pena, perdoname.- Ahora lo analizo, ojos azules, cabello castaño, tiene sonrisa de comercial y es alto y es algo musculoso.
-Mmm... Te puedo perdonar, si me das un beso.-Estaba a punto de besarlo, pero creo que no es bueno besarme con extraños, así que decidí investigar algo de el.
-Ya en serio, ¿Cual es tu nombre?
-¿En verdad importa?- pregunta, en su tono se nota que empieza a desesperarse.
-Claro que importa, antes de besarnos deberíamos saber algo de nosotros, conocernos.
- ¿Tu no sales de fiesta cierto? Mira esto es así: Nos besamos, nos agasajamos, tenemos sexo y no volvemos a saber algo de nosotros.
- Idiota- le digo mientras salgo del cuarto lo mas rápido que puedo.
-¡No vengas a fiestas si eres virgen!- escuchó a lo lejos que ese imbécil me grita desdé la habitación donde estaba hace un momento. No puedo creer que me engañara esa apariencia de niño bueno, en serio, odio este estado de ebriedad, me hace hacer cosas tan estúpidas como estas.

Salí de la fiesta sin ni siquiera importarme donde estaba Elizabeth, encendí mi carro y me largue. Por esta razón odio las fiestas, simplemente miras a alguien y ya es una invitación a tener sexo, no se como pude tan siquiera considerar por un instante besarlo, a el, es un hombre.
Cuando iba a medio camino suena mi teléfono, era Eliza, mierda, me olvide de ella.
- Alicia¿Donde estas? Ven por mi.
-Agh, ya voy.
Le colgué y di vuelta por el retorno, llegando a la calle de la fiesta vi a Elizabeth sentada en la banqueta y en medio de la calle vi al idiota con una pobre chica borracha tragándose como si su vida dependiera de ello, que asco.
-Subete Eliza.
-¿Por que te fuiste?
- Ya sabes,odio las fiestas.
El resto del camino en lo que llegábamos a mi casa Eliza se la paso cantando norteñas, lo peor.

Cuándo llegamos ayude a mi amiga a subir las escaleras ya que esta muy ebria. No había nadie en mi casa mas que mi hermano de 15 años, Dereck, al cual le da igual si su hermana mayor llega medio borracha a las 3 de la mañana.

...

Al día siguiente me desperté con el peor dolor de cabeza de la vida, Elizabeth estaba dormida, baje a la cocina por un té y estaba mi papa.
-Buenos días mi niña.
-Hola papa.
-Voy llevar a Dereck con tu mama, ¿quieres llegar a saludar?
- Papa, ni siquiera puedo entrar a su casa.
-¿Por que al menos no lo intentas?
- No lo haré.
-Esta bien, hay dinero en la mesa, vengo más tarde, adiós.
-Adiós.
Cuando se van pongo un disco de heavy metal a todo volumen para despertar a Eliza y también para alegrar mi mañana.
-¡Maldita Alicia bajale un poco a esos gritos! - Me grita mi amiga desde mi cuarto.
-Umm... No.- Le respondo con una amplia sonrisa a mi amiga.

...

-Entonces le ibas a dar entrada a.. El..
-Si yo tampoco me lo puedo explicar- Le conté mi trágica experiencia a mi amiga mientras comemos helado y vemos una serie donde las mujeres se comportan como unas tremendas perras, cosas típicas de amigas.
-Lastima que termino siendo un imbécil, porque eso no pasa seguido.
-Lo se, ¿y tu que hiciste?
- Me bese con Max, otra vez.
- Claro, y ya lo habías superado.
- Ya lo supere Ali en serio, solamente fue un beso, como para recordar y ya.
- Jaja claro Eliza, veremos si dices lo mismo en una semana.

ElectroshockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora