Una historia para dormir

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Abrazo a Anastasia mientras nos acomodamos para dormir. Esta noche ha sido interesante, y ella eligió festejar su cumpleaños en el cuarto rojo, y para ser sinceros fue magistral. Acaricio varias veces su piel y su cabello mientras siento como se relaja. Amo todo de ella, desde su forma de cuidar a nuestro hijo, hasta como se queda mirándome cuando trabajamos en mi despacho. Ella suspira en mi pecho y se deja llevar con una mano sobre mi corazón.

Antes nunca abría pensado que una mujer se convertiría en algo tan importante para mí, ni que me casaría y hasta llegaría a formar una familia. Nunca abría pensado que llegaría a amar tanto a alguien como lo hago con Anastasia y mi hijo. Y nunca habría pensado ser tan feliz. Y pensando en eso cierro los ojos dejándome llevar por los brazosde Morfeo.

Un llanto me despierta del sueño que tenía después de compartir una noche especial con mi mujer. A regañadientes abro mis ojos y me fijo la hora. Mierda! Son las cuatro de la madrugada. Me giro a ver a mi esposa que apenas se remueve, debe estar agotada después de lo que hicimos a modo de celebración por su cumpleaños. Una sonrisa se esparce por mi cara y me levanto despacio tratando de no despertarla.

El cuarto de mi hijo esta levemente iluminado por una lamparita de noche que tiene aviones y helicópteros, y desde la puerta puedo ver que se remueve inquieto en su cunita. Lo tomo con cuidado y trato de calmarlo con palabras suaves.

- Tranquilo Teddy... papá está aquí y no va a dejar que nada malo te pase... - Poco a poco mi hijo se calma y decido cambiarle su pañal y prepararle un poco de fórmula para bebés.

Después de media hora estamos ambos mirándonos fijamente, azul y gris otra vez. Pero este azul es especial, porque es mi hijo, es mío y de Ana, es especial porque a pesar de ser tan parecidos son diferentes y estoy seguro que nadie los tiene igual que ellos. Teddy me demuestra que va a ser un niño muy inteligente, me mira fijamente como si quisiera leer mi mente, y vuelvo a sentirme expuesto como cuando su madre lo hace. Es increíble como un bebé de cinco meses puede ponerme de rodillas solo por verlo feliz, pero claro que no es cualquier bebé.

- ¿Sabes Teddy? Tus ojos son como los de mamá... los de ella me enamoraron desde la primera vez que los vi... ¿Quieres que te cuente una historia?- Mi bebé me observa atento, es muy inteligente a pesar de ser tan pequeño.- Hace un tiempo, había un tipo algo controlador, más bien bastante. Él estaba solo y triste, porque pensaba que nadie lo amaba, aunque no sabía que mucha gente loquería en silencio. Un día estaba en su oficina trabajando hasta que le dijeron que alguien quería verle. El tipo estaba muy molesto porque no tenía tiempo, pero aceptó, y se sorprendió cuando alguien cayó de repente en la puerta. Era una mujer, y cuando se acercó a ayudarla se dio cuenta de que era muy bella. Era un ángel con un par de ojos azules como el cielo, tenía la piel muy blanca, como si la nieve le hubiera dado ese tono, pero sus mejillas eran lo mejor, porque estaba muy sonrojada.- Desvié la vista a mi pequeño y vi que poco a poco los va cerrando hasta quedarse profundamente dormido.

Beso su cabecita y entonces me llega su olor, ese que solo entiende Ana y yo, una mezcla de sol, felicidad y mi bebé. Sonrío y decido seguir con él en brazos.

- Entonces el tipo decidió que era mejor jugar un rato con aquella mujer para ver que tan roja se ponía...- La voz de Ana me llega desde la puerta de la habitación.

-Y casi lo logra, si no fuera porque ella misma hizo la pregunta más incómoda de su vida.- digo mientras sonrío al recordar eso y sin dejar de ver a mi bebé.

-Ella le preguntó si era gay... aunque dudaba mucho de ello. -

-Después de esa entrevista todo en la vida de aquel hombre cambió, empezó a buscar a la chica, a intentar hacer que fuera parte de su vida como diera lugar.- No puedo ocultar una carcajada que provoca que Teddy se remueva un poco.

- Hasta que finalmente la hiciste tuya... aunque su corazón ya te pertenecía desde que se habían visto en el despacho. Y se amaron tanto que pelearon para ser felices durante bastante tiempo...-

- Y pensaron que lo habían logrado, pero entonces llegó un pequeño Bip, y su felicidad fue completa. Porque era de los dos y era la muestra tangible de que se amaban mucho más que el resto. Y el tipo cambió por completo, y finalmente encontró la felicidad y el amor que había perdido hacía un tiempo.-

Beso a Teddy en la frente y muy despacio lo dejo en su cuna, no sin antes acurrucarlo con su peluche favorito y taparlo bien para que no pase frio. Dios como lo amo!! Me vuelvo para salir una vez que hube controlado el monitor de bebés y me encuentro con una Ana sonriente recargada en el marco de la habitación.

- Sabes que te ves sumamente sexi cuando cuidas a Teddy?- Dice mientras se acerca despacio y me abraza dejando un pequeño beso en mi cuello.

- No tanto como usted Sra. Grey cuando le da de comer. - Ana sonríe y mi corazón da un vuelco, solo ella sabe como provocar esto en mí.

Ambos nos aseguramos de que nuestro pequeño hijo esté seguro y nos volvemos a nuestra habitación aún abrazados. Una vez dentro de nuestra cama nos quedamos mirándonos y por segunda vez en la noche me quedo perdido en una mirada azul.

- No tienes idea de cuánto te amo Christian... - Dice ella mientras acaricia mi mejilla con sus dedos finos.

- No más que yo nena... te amo tanto que siempre te voy a cuidar y proteger de todo, a ti y a Ted los voy a cuidar con mi alma y mi corazón para toda la vida.-

- El tipo de tu historia tiene mucha suerte... parece que quiere a su mujer y a su hijo.- Dice con una mirada divertida.

- Ni te imaginas la suerte que tiene, aunque tal vez consiga un bonus por haber calmado a su hijo, aunque no consiguió que su mujer quedara en la cama. -

Anastasia se ríe de mi forma de contarle los cuentos a Teddy, pero sé que le encanta, entonces se pone ahorcajadas de mi y se quita la camisa que tenía dejando su pecho desnudo, y sin más que decir que esa declaración de amor, nos volvemos a perder en un mar de sensaciones. Nos volvemos a hacer uno para recibir el amanecer amándonos. Y por primera vez en mucho tiempo siento que mis sombras por fin desaparecieron por completo, que he vencido mis miedos, que puedo avanzar y ser feliz con mi familia.

Un cuento para TedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora