Luego de subir a nuestro cuarto al rededor de las 5, conversamos un poco de las clases y las personas aparentemente la mayoría era bastante amable y comprensiva con lo que era llegar a un lugar nuevo y adaptarse;lo que fue genial ya que fueron muy receptivos con nosotras. Hablamos de los lindisimos chicos en el instituto y bromeamos un poco sobre el día que habíamos tenido. Pasada las 6:30 se escucha el sonido de los tacones chocar contra el piso de madera del pasillo por lo cual adivino que es mi abuela quien segundos después aparece en la puerta, sin tocar como siempre.
- Chicas vamos a salir, al abuelo le ha surgido una cena de negocios y me pidió acompañarlo ¿Esta bien si se quedan solas? - nos dice sin mirarnos ya que tiene la vista en el espejo frente a ella con su labial de color rojo que tanto le gusta.
- Mmm si, podemos quedarnos solas.- Le digo yo parandome de la cama para luego bajar corriendo por las escaleras y despedirme de mi abuelo.
- Buuu! - Grité al aparecer tras mi abuelo
Este voltea riéndose y me dice:
- Eres la niña más ruidosa que conozco cachetona!.- Rayos...me ha descubierto otra vez.
- Ya lo lograré algún día- le dije sentándome en el sofá donde el se encontraba esperando y sigo - mi abuela me ha dicho que tienen una cita-. Le digo en tono juguetón picándole el ojo.
- Es una cena para ver si compro un nuevo local, y ellos llevaran a sus esposas así que yo no podía estar sin la mía.- me dice mirando el reloj en su muñeca con mala cara sabia justo lo que estaba pensando así que grité.
- Abue! Apurate !- el hombre mayor junto a mi sonríe comí si hubiese adivinado su pensamiento.
- Hey, cachetona sobre el mesón te dejé las llaves de la cafetería para que le den una vuelta y cenen algo allí, no lleguen muy tarde mira que tienen clases mañana.- Me dice mientras mi abuela baja las escaleras apurada y el acomoda su corbata.
- Si señor, espero que tengan buena noche los amo. - grité mientras ellos cerraban la puerta principal , eché un vistazo al mesón de la cocina para asegurarme de que estuviesen las llaves y miré mi celular para escribirle a Leo, quizá el querría salir a comer también, supuse, mientras subía corriendo torpemente por las escaleras.
-Chicas! Vamos a salir a comer .- grité desde el pasillo.
-A dónde?- escuché decir de manera floja a Jorge.
- El abuelo me ha dejado las llaves de la cafetería podemos cocinar lo que queramos- pronuncié con un canto al final y una sonrisa ya que a todas nos gusta mucho el arte de comer.
- Si! Bueno dame un rato para cambiarnos y eso.- me dice Lou con entusiasmo aunque su cuerpo solo reflejaba flojera.
- Que tal si usamos atuendos combinados pliiiis - dijo Jorge intentando usar una cara de perrito para rogar.
- Claro! Así me ahorras elegir que voy a usar...que tienes pensado?.-
De pronto la cara de Jorge se iluminó y salió corriendo al armario de donde unos segundos después llegó con una montañita de ropa entre sus brazos.
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