Siempre Fuiste tú

La hora

Cuando ingreso a la sala de espera me topo con mis competidores, son mayores que yo por su aspecto. Jeka tenía razón, hubiera desentonado si no le hacía caso con lo de la ropa, hay 3 hombres, ninguno es el antipático del asensor; y 1 chica, muy guapa además. Me quedan mirando por unos segundos y luego vuelven a sus celulares.
Me paso una mano por la frente y acomodo el cabello que ha caído a mi cara, tomó asiento en una esquina; quiero ordenar mis ideas.
Me digo que éste es mi puesto, me he preparado desde el inicio para una oportunidad así y lo de hoy solo ha sido un descuido.

Buenos días - había entrado la recepcionista - la entrevista empezará a las 8:30 en punto en el orden adjunto a la lista - y nos entregaba a cada uno una carpeta - Por favor completen el formulario que encontrarán en la primera hoja y lo entregarán en cuanto sea su turno. Buena suerte chicos. - y acto seguido salió.

Abrí la cartera para buscar mis lentes, desde niña había sido corta de vista. - ¡Demonios! - dije. Y mire a todos lados, ojalá no ño haya dicho fuerte. Recordé que anoche los dejé al costado de mi laptop y por salir apurada no los cogí. Concéntrate, me dije; sólo es cuestión de prestar más atencion a las letritas.
A ver, mmm nombre completo - hablaba para mi - dirección, teléfono, nombre de los padres, ¿están vivos?, grupo sanguíneo - auch, ¿cuál era? Creo que soy rh+, total si me equivoco podré actualizar ¿no?.
Eran dos hojas de datos personales, hobbies. 8:27 oímos pasos.

Señor Andrade, acompáñeme por favor - dijo Rosio, la secretaria. Tenía su nombre en una plaquita en su blusa.
¿Qué le estarán preguntando? ¿por qué demoran tanto? ¿también yo les pareceré interesante? - mi pié izquierdo estaba temblando, hacia eso cada vez que me sentía nerviosa. ¡Aish!.

9:10, se abrió la puerta de nuevo - Srta López, por aqui por favor. - la segunda, al salir pude ver que no sólo era bonita, también tenía bonita figura. Por un momento me sentí preocupada, dado que solo habíamos postulado alumnos seleccionados, ella además de bonita era inteligente. ¡tranquila! Me dije, habíamos dejado esas inseguridades atrás. Era la última en la lista. Ya no sabia que hacer, el lapicero en mi mano había salido volando directo a mi compañero y le había dado justo en la nariz.
¡Ay, lo siento! - le dije y sentí el rubor en mis cachetes.
No pasa nada- me sonrió - yo también ando algo inquieto, soy el cuarto y ¿tú?- me devolvió el lapicero.
La última - torcí la boca y sonreí - quizá para cuando me toque ya estarán súper aburridos y solo quieran irse - le dije mientras me rascaba el cuello, otro de mis tantos tipo nerviosos.

9:32 y los tacos volvían a sonar, esta entrevista si que había sido corta ¿ eso será bueno? - Señor Campos, sígame por favor - y Rosio le abría la puerta para que salga.

Me llamo Jesús, soy de la San Sebastian y ¿tú? - el chico del lapicero me hablaba, seguro también andaba inquieto.
Gia, de la San Pedro - le extendí mi mejor sonrisa, él era de una de las universidades más prestigiosas del país, es más la semana pasada había salido el ranking de las mejores universidades de latinoamérica y ellos ocupan el primer puesto a nivel Perú y el 44 a nivel general. Si que no la tenia fácil, pero no me achicaría, por algo estaba yo ahí también.
Saqué mis caramelos de menta y le extendí uno.
-Gracias-
Hoy hace... - y de nuevo Rosio entró y lo llamó - Señor Olazabal, es su turno.- me dedicó una sonrisa y salieron.
Cogí el celular, entre a whatsapp y vi que Joaquin y Jeka me había hablado.
Hola enana, ¿Qué tal va todo? Celebramos o nos emborracharnos- junto a un emoticon de unas cervezas y una carita feliz. No respondí.
Hey, tú mocosa ya saliste? - el mensaje de Jeka que tampoco contesté.
Oye! No me dejes en visto- Joaquin otra vez y le iba a responder cuando Rosio entró y me llamó.
A la de Dios, pensé y salí detrás de ella.

10:05. Rosio me abre la puerta y me invita a pasar y tras de mi me dice - suerte - y cierra.
Siento mi pulso acelerado, por favor, por favor que no se note en mi rostro. Camino despacio para no parecer nerviosa y veo tres hombres, dos me miran y me sonríen; parecen mayores, el último me da la espalda pero parece más joven.