Capítulo Único

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Cuando Manu lo llamó, creyó que sería para algo importante, como un asado, o una noche de pasión con su grossa persona argentina, o para un partido de fútbol donde al final él sería el goleador estrella (tanto en la cancha como en la cama).

Pero no, nada más llegar a la casa de su verdadero amor (aunque el chileno lo niegue), no esperaba ver a su pequeño hijo allí también. Igual eso le alegraba, no había visto a la isla desde hace tiempo, su nuevo jefe no lo dejaba ir a Tierra del Fuego.

Maldita sea su suerte.

Pues bien, iba a saludar de lo más feliz hasta que vio la cara de preocupación de Manuel. Se asustó, el chileno siempre andaba con una expresión de puta-vida-y-putos-todos. Preguntó qué era lo que pasaba y porqué lo llamó.

―Martín... Pregúntale al Carlitos cuál es la diferencia entre un niño y una niña.

Lo hizo, algo dudoso.

Recibió la respuesta de siempre sobre los penes y las penas.

Mas no esperaba que el isleño agregara otra frase.

―Y a los niños les crece el pene al llegar a la pubertad, como a mí.

Y fue allí que su mundo se derrumbó por completo.

De esa revelación había pasado un mes.

Al final ambos estuvieron equivocados durante muchos, muchos, muchos años.

Su nene era una nena.

― ¡Josefita, hora de almorzar! ―gritó Manuel desde la cocina.

Tuvieron que explicarle todo de nuevo a su... Hija. Que si no tenía pene, era porque era una niña. Las niñas no tenían pene.

¿De dónde, por amor al Papa, aprendió que los penes crecen en la pubertad?

La pequeña isla bajó las escaleras, con el cabello un poco más largo, tipo melena, con un moño al costado de su cabeza peinado por Manuel, y un chaleco rosa.

Al menos ese cambio no afectó demasiado a la pequeña, pero sí el cambio de su nombre.

Y Argentina aún no se acostumbraba del todo bien al cambio de su hijo.

―Martín deja de poner cara de aweonao' y come tus porotos.

―Vamos papá, están re-buenos ―comentó Carlitos.

No, ya no era Carlitos, ahora era Josefa Hernández.

Su pibecita.

―Pá... Dejá de mirarme raro... Das miedo-

―Con permiso.

Salió de la casa dando un portazo, aún no se acostumbraba a eso y dudaba que lo hiciera.

Quería a su nene, a su hijo, a su varoncito. El chico con el cual jugaba fútbol, comía asados y tomaba mate.

Se compró un dulce y se fue a sentar a una plaza cercana. Vio a los padres y a sus hijos jugar esa soleada tarde de sábado.

Más allá se había formado un grupo de niños con sus padres para jugar al fútbol.

Chasqueó la lengua.

Las niñas no jugaban a esos deportes tan agresivos.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Manuel era conocido por su permanente mal humor hacia las personas, en especial hacia cierta nación argentina.

Josefita estaba con las piernas cruzadas, en el suelo, jugando con Como tú. Se notaba que la niña quedó afectada por la dura reacción de Martín.

El rubio se las cobraría bien caro.

Esa noche se quedó viendo una película de acción junto a la isleña. El que hubiesen descubierto su verdadero sexo, no quería decir que eso cambiaba los gustos de la pequeña.

―Mamá, ¿cuándo regresará papá?

―No sé hija...

―... ¿Hice algo malo?

― ¿Por qué lo dices?

―Porque desde... bueno... Me hice "niña", papá me ha estado evitando...

Manuel creía que se le rompería el corazón, siempre odió ver a su retoño llorar.

Pasaron unos veinte minutos hasta que sintieron la puerta principal abrirse, dejando pasar al rubio argentino con una gran bolsa de supermercado con bebidas y carne.

―A la horita en que te aparecí' weón ―comenzó a decir Manuel, enfadado―. Quiero que te disculpí' con la Josefita. Mira que dejaste mal a nuestra niña con tus weás, mal padre.

Martín ignoró las palabras del chileno, yendo directamente hacia la cocina a dejar la mercadería y volviendo con dos calabazas de mate.

Se sentó al frente de Manuel y de Josefa, abrazando inesperadamente a esta última.

― ¡Nena perdoná a tu padre! ¡Estaba asustado! ―lloró―. ¡Cuando supimos que eras una piba me asusté! ¡Significaba que un pelotudo vendría a raptarte y a alejarte de mi lado!

Chile quedó en blanco, ¿esa era la maldita causa de que Martín se hubiese portado tan... tan... aweonao'?

― ¡Te perdono, pá! ―respondió la isleña, feliz de ser abrazada por el argentino―. ¿Ese mate es para mí?

― ¡Por supuesto mi princesita! Pedíme todo el mate que querás~ ¡Y traje carne para comer un grosso asado argentino!

― ¡Qué bien! ¡Pá sos re-grosso!

― ¡Lo sé!

Y Manuel lo supo allí mismo.

Sin importar el sexo o género.

Tierra del Fuego seguirá admirando a Martín...

En una reunión de la ONU

Bloody hell! Stupid argentinian! ¡Dile a tu hija que deje de patearme la pierna!

― ¡No volvás a acercarte a mamá, cejudo, pirata, rompehogares!

― ¡Muahahaha! ¡Bien hecho, Josefita! ¡Esa es mi beba!

― ¡Martín no le andí' enseñando esas weás a la niña!

Y siempre seguirá odiando a Arthur.

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Ale ale~, otro one-shot, y de la familia otra vez.

Es que les tengo un cariño enorme porque me metieron al fandom :'v

Y... no sé, siempre me gustó imaginar cómo serían estos dos con una niña, jeh~.

El diseño de Nyo!TdF es de Anniih, y me encanta, se ve taaan linda la verdad <3

Ah y como no tenía "nombre oficial", le puse Josefa... No sé, me encanta.

Eso, uhh... Gracias por leer y se aceptan votos y comentarios.

¡Saludos!


¡Siendo isla y de sorpresa, ahora sos mi princesa! [Latin Hetalia | One-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora