Capítulo IV: Ella

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Era un caluroso día en la nevera del todopoderoso Copito de Nieve I, cuando dicho ser, decidió abrir la nevera, dispuesto a coger algo para picotear, lo cual pone en peligro la vida de nuestros heroes.

Tosti y Bolli se escondieron detrás de un bol de verduras, y como si de un T-Rex se tratase, Copito pillo un cacho tableta de chocolate y se piró a practicar su nefasto español.

En medio de esta nuestra aventura, Tosti, mirando a través del bol de verduras, con una escasa pero suficiente transparencia, la vio.

Era marrón, como el. Bajita, pero no por ello no imponía pudor hablarle, su cabello esponjoso y recubierto con azúcar le llamaba poderosamente la atención a nuestro héroe, sus perfectas curvas que comenzaban en la cabeza y acababan en su base de papel lo hipnotizaban, pero sus ojos, verdes claro como el atardecer de un bosque, hacían que el trigo de Tosti se pusiera cada vez más duro.

Maggi, la magdalena, no era la chica más popular de la cocina, tampoco la más guapa.
Tosti podría zumbarse a la loncha de queso, que también está muy buena, sin embargo, algo había en ella que le llamaba la atención.

Bolli miraba a Tosti con sus característicos ojos de desquiciao de la cabeza a lo que le dice:

-A que esperas? Te la haces - Resalta Bolli.
-Una miga como una olla - Reprocha Tosti.

Ambos se miran y comprenden que Tosti va a partir en su busca, mas Bolli, decide acompañarlo, no porque sea un arduo caballero ni un gran amigo, sino porque es un poco tonto el chaval.

Deslizándose por un espetec casa Tarradellas, consiguen llegar a la encimera de enfrente, pero, un peligro mayor les espera.

La Tostada MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora