Me encuentro en el mismo lugar en el que empezé mi relato, pasados ya 8 años, mi cuerpo mengua, cada día mis piernas aguantan menos, me siento débil y demasiado frágil para los 25 años que tengo, no me reconozco al verme reflejado en el agua, es necesario que salga de este lugar lo antes posible.
Mi plan, en un principio, era huir de este lugar con el resto de encarcelados , pero eso sería muy arriesgado.
Los Drakarios podían tomar la forma de cualquier ser viviente, por lo que no podía confiar en nadie, sólo en un hombre que tenía la misma aspiración de salir de ahí y que podría ayudarme.
Se llamaba Dédalo, perdió a toda su familia al negarse a prestarle ayuda al "líder sin nombre", se ofreció a ayudarme a escapar.
Debería ser rápido, pues nuestros cuerpos llegaban a su final.
Creamos una distracción, hicimos creer al resto de presos que la mazmorra se abriría sólo para los 100 primeros presos que llegasen a sus puertas.
Se reunieron allí gritando por su libertad, los Drakarios abrieron sus puertas pero sólo para dejar pasar a su ejército, repeliendo y matando a todos los congregados allí.
Dédalo y yo nos vinimos abajo al ver como esa gente moría por nuestro engaño, aunque sabíamos que estaban ya sentenciados. Fué en ese preciso momento en el que, con la confusión del momento, intentamos salir por un extremo de la gran puerta, pero en el último momento un Drakar se abalanzó sobre Dédalo matándolo en el acto, yo solo pensaba en salir de ese horrible lugar. No miraba atrás, sólo escuchaba tras de mí los gritos de las miles de personas que allí morían.
No dejé de correr, los gritos me atormentaban hasta que llegué a un valle deshabitado, cualquier sonido rompía el silencio, por lo que me daba respeto ese extraño lugar, estaba deshabitado, ni humanos ni animales vivían allí, era la primera vez que veía ese lugar, pues no recuerdo nada antes de mi encarcelamiento. Necesitaba respuestas y saber que había pasado en este mundo para haber llegado a este extremo de muerte y oscuridad.
Sólo deseaba encontrar vida y ha alguien que me diese alguna respuesta de todas las preguntas que tenía, quien eran los Drakarios, como se llamaba su líder, porque la gente estaba encerrada en ese lugar, quien gobernaba el mundo conocido...
Llegué hasta la ladera de dos montañas, entre ellas había una abertura custodiada por dos tenebrosas figuras, parecía señalar la separación de un mundo y otro, esto me daba a entender que seguía en tierras Drakarias y saldría al fin.Seguiría ese camino sin saber que me esperaría al otro lado, pues no me importaba arriesgarme, no tenía nada que perder, ya lo había perdido todo.