Prohibido Olvidar

tan natural

Mi ángel de ojos oscuros, sabes no siempre fuimos inseparables.

Era uno de esos días donde no quería hablar, ni dar explicaciones de nada y tú me comprendías porque solo te sentabas a verme como si nunca te cansaras, como si estuvieras viendo el nuevo mundo, como si yo fuera aquella bella perla que poseías.

Me incomodaba y no por lo que crees, si no que me atormentaba no poder decirte lo que me pasaba. Por miedo a tu reacción. De pronto ya no me mirabas el rostro sino que mirabas mi brazo no quería mirar y darme cuenta que fui tan estúpida de dejar algún moretón a la vista.

Tu mirada de paz, poco a poco se volvió ira pura y comprendí que si era una completa idiota.

Comenzaste a preguntar el por qué y con todo el dolor que sentía te lo dije. te dije lo que mi padrastro me hacía y que mi madre lo permitía... que no decía o hacia algo porque eso costaría la alegría de madre te enfureciste aún más y dije algo que nunca he podido olvidar.

"no quiero perder a mi madre como tu perdiste a la tuya" no dijiste nada, no había nada para decir tus ojos se convirtieron en un mar de lágrimas que dolían más que quemarse vivo.

Mi infierno duro más de un mes. Donde no hablamos, ni nos vimos, y mucho menos nos besamos.

Esa tarde estaba decidida a no dejarte ir así que tome mis cosas y fui a buscarte. Toque en tu apartamento.

Nuestros ojos se conectaron como la primera vez y como ya era tan natural en nosotros una mirada dijo todo lo que sentíamos y lo confirme cuando a la mañana siguiente desperté envuelta en tus brazos. Con la certeza de que entre nosotros no importaba las palabras, si existían aquellas miradas.

Por esa manera tan natural de amarnos está prohibido olvidar.

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