Como odio las orugas del maldito Griffon...-pensó en voz alta el artillero principal Eczelion, soldado de la Guardia Imperial, en el IV regimiento blindado Ilyriense, temiendo porque volvieran a romperse durante el vuelo.
Estaban siendo desplegados para defender un puesto avanzado en el polo sur del planeta, es decir, en la parte más calurosa del mismo, dado la posición de la estrella de ese sistema. Estaban siendo transportados en una nave civil adaptada para las necesidades militares. Curiosa historia la de esa nave, aunque más curioso el mercader que fue ajusticiado en la plaza por herejía al cual pertenecía dicha nave.... en fin, eso son cosas que no pertenecen a este relato.
Las luces de desembarco se pusieron azules, indicando que faltaba poco para el mismo, y sonaron las alarmas, todo el mundo a sus puestos.... bla bla bla, que sí que Eczelion se subió al Griffon (un mortero autopropulsado con blindaje ligero) y abrió el canal de radio 3, por el cual el sargento de su escuadra motorizada compuesta por un Griffon, dos Chimeras, una de patrón Chronus armada con un cañón automático y un lanzallamas pesado en el chasis, y el modelo Marte, menos blindado y con un multiláser y un bólter pesado en el chasis. A estos vehículos se le añade el Hellhound de su compañía, apodado el "Cerilla", con el cañón inferno en la torreta y un cañón láser (huelga decir que modificado de forma "extraoficial", aunque los comandantes no se quejaban de esta tecnoherejía) en el chasis, modificación la cual había provocado la reducción de combustible a la mitad para alojar la célula de energía pertinente.
Se dirigían por causa de una alerta de un supuesto ataque xenos, posiblemente orkos, aunque según decían por el canal vox, parecían bastante organizados, lo que daba a pensar que o era un Kaudillo muy poderoso o un Korzario bastante extraño. Qué más daba, lo importante era tener algo a lo que disparar los proyectiles HE, con eso le valía.Al fin sonó el aviso, se abrieron las rampas y salió la compañía blindada y cuatro escuadras de Guardias Imperiales, equipados de forma parecida las FDP, aunque con mejoras como los respiradores o los rifles láser modelo Lucius, modificados en los manufracrorums locales para tener más potencia a expensas de la munición.
Nada más salir, un Leman Russ Punisher estalló, su torreta salió despedida y arrolló a cuatro guardias, todo fue confusión, los sargentos mandando cargar contra los orkos, los comisarios aullando arengas y los tanques y blindados disparando, mientras que la artillería (como el Griffon), se retiraron dentro de la nave, aunque a Eczelion le ocurrió algo fuera de lo normal... Estaba en la torreta disparando su pistola láser, ya que no le había dado tiempo a posicionarse ni cargar una ronda para el cañón, y un trozo de metal le golpeó justo en el casco, haciéndolo caer y salvándolo de la explosión de la nave de transporte, que había sido alcanzada por una ráfaga de disparos procedente de... oh mierda, eso era un jodido Gorkanaut, una colosal máquina de guerra erizada de armas, la personificación de uno de los dioses Orkos, fue lo único que pudo pensar Eczelion, ya que cuando se ponía nervioso se esforzaba en recordar el manual de batalla.
Cuando se dió cuenta de lo que estaba pasando, los soldados de a pie estaban siendo masacrados, ya que la táctica pensada era usar el apoyo de la artillería (exacto, esa que estaba destruida) para apoyar a los guardias de a pie, que estarían lanzando descargas de fuego láser mientras los xenos eran exterminados por los proyectiles Purificador.Pero la situación parecía insalvable, varios sargentos yacían muertos, con infinidad de guardias y encima la comisario estaba siendo atravesada por una rebanadora, aunque había matado a más de cinco orkos antes. Una pena, pensó Eczelion, había sido una buena instructora, aunque diera un poco de miedo...
Eczelion se dijo a sí mismo que no era momento para pensar en esas cosas, debía pensar en su supervivencia, pero al ser un operario de vehículo no tenía muy claro que aquello fuera a funcionar, ya que no llevaba armadura antifrag y de armamento solo llevaba una pequeña daga sierra y una pistola láser modelo Marte que le habían regalado por haberse graduado como el mejor de su clase (permítase decir que fue una clase bastante penosa).
Se levantó con dificultad, sacó su pistola láser, le quitó el seguro y amartilló. Uno. Dos. Disparo. Uno. Dos. Correr. Uno. Dos. Abrirle la cabeza a un orko. Uno. Dos.
Es lo único que recordaba del entrenamiento en este momento, la tensión era enorme.
Le alcanzaron.
Cayó.
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La Tercera Batalla por Ilyria
General FictionLa Guardia Imperial del mundo colmena Ilyria, situado cerca del segmentus obscurus...