Capítulo 15.

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Viajando en el tren, Jimin toma mi mano con la suya vendada. Compramos algunas cosas antes de emprender el viaje de regreso para poder curarlo, y de paso compramos algo de comer. Ya no siento esa calidez con la que tomaba mi mano. Él solo me la entrega mientras yo soy el que la aferra. Cada vez que me muevo, Jimin reacciona asustándose, como queriendo evitar que algo sucediese. No quiere que me acerque demasiado.

Ambos estamos sentados uno al lado del otro, él se ubica en el asiento que da a la ventanilla. Yo observo su perfil pensativo, no mira a nada en especial, quizás sí arruiné todo.

Suelto el agarre de su mano para posarla sobre mi regazo. No quiero sentir su rechazo. Jimin vuelve a asustarse con mis movimientos, cada vez que provoco eso en él, siento una punzada en el pecho. Está asustado... de mí.

Las ganas de llorar vuelven a mí, pero logro retenerlas. Jimin no me presta atención, solo mira por la ventanilla. El murmullo de toda la gente alrededor provoca que nuestro silencio se torne eterno.

-¿Jimin?- Lo llamo sin saber realmente que decir.

-¿Mmmh...?- Expresa para avisarme que me oye, ya que no aparta su mirada de la ventanilla. Al no contestar nada vuelve a hablar.- ¿Qué ocurre, Jungkook?

¿Jungkook? ¿Desde cuándo me llamas así? Muerdo mis labios con frustración. Lo he estropeado todo. Otra vez ese dolor en el pecho.

Jimin vuelve su mirada hacia mí, mostrando una expresión fría.

-Te acompañaré a casa y luego me iré. Mañana debo visitar a Sarang.- Asiento y él vuelve su mirada al paisaje.

Quiero visitar a Sarang mañana, pero no puedo evitar pensar en lo incómodo que haré sentir a Jimin con mi presencia.

Tomo una bolsa de frituras que conseguimos para comer y una soda. Como en silencio mientras de reojo vuelvo a mirar su perfil.

La cámara tenía fotos. Puedo matar el tiempo mirándolas.

Me agacho a tomar su mochila, sacando la cámara de allí. Vuelvo a ubicarme en mi lugar, mirando primero las fotos que él tomo de mi. Realmente parece profesionales, mientras que las mías parecen sacadas por un niño de diez años.

Encuentro una mía que me gusta mucho e intento pasarla a mi teléfono para poder usarla de perfil en las redes sociales. Pero alguien me tironea brusco de la cámara, quitándome.

-Es suficiente.- Me dice Jimin tomando la cámara. Sin comprender lo miro a la cara con expresión de desconcierto.- Ya tienes una foto mía. ¿No te es suficiente?

-No estaba por pasarme una tuya.- No quiero pelear pero si eso pretende entonces me defenderé.

Jimin mira la cámara y se da cuenta de que era una foto mía.

-Lo siento.- Me dice cortante pasándome su cámara. Pero no la recibo, sino que sigo comiendo revisando mi teléfono.

Jimin no insiste. Apaga la cámara para luego volver a guardarla en su mochila. Mi teléfono tiene algunos mensajes de grupos y un par de Yoongi.

Así es. Todavía tengo el maldito número de Yoongi. No lo leo. Solo lo bloqueo para volver a guardarlo en mi saco.

Me acomodo en el asiento, todavía falta poco más de una hora para llegar y ya esta anocheciendo. En invierno los días duran menos. Intento dormir consiguiéndolo al poco tiempo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

-Jungkook... Llegamos despierta.- Abro los ojos encontrándome con Jimin parado con su mochila al hombro y todas las bolsas que llevamos. Se sostiene con su mano lesionada.

FOR YOU [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora