Alicia en el país de las maravillas: La verdadera reina roja

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Todos y todas hemos visto mal a la Reina Roja de Alicia en el país de las maravillas. ¿Pero alguna vez te has preguntado porque era así? ¿Te has preguntado porque cortaba las cabezas? ¿No? Bien. Porque voy a mostrarte una historia que no has visto antes.

Capítulo I: El Regreso de Alicia...

- ¿Alicia? ¿¡Alicia!? ¡¿Dónde estás Alicia?!

- Aquí estoy hermana. ¡Deja de gritar! - Dijo Alicia al notar el griterío de su hermana. Alicia ha crecido. Ya no es una niña pequeña, ahora tiene 16 años. Pero sigue prefiriendo los libros con diálogos y dibujos. Su cabello negro y ojos azules la hacían ver preciosa. Hoy Alicia y su hermana fueron invitadas a una fiesta. Alicia aún no se pone el vestido para la ocasión.

- ¡Alicia apúrate no quiero llegar tarde!

- Pues bien, yo no quiero llegar antes.

- ¡Alicia!

- Ya, tranquila. Tiempo tenemos de sobra.

- Ashhh... ¡¿Alicia qué haré contigo?!

Más tarde cuando Alicia ya estaba arreglada. Fueron recogidas por un carruaje de dos caballos. Aún era de día ya que la fiesta era en la temprana tarde. Alicia no encontraba que hablar con los demás invitados. De pronto un joven de pelo rubio y ojos verdes se le acercó:

- ¿Por qué no hablas con las demás chicas?

- No veo el interés en su conversación.

- ??? Qué raro, creía que a todas las chicas les gustaba hablar de ropa.

- Pues, no a mi.

- Oye, pero tranquila, no te enojes.

- Jmmm...

- Eso es... ¿Un conejo con ropa?

- Si. Eso es...

- ¡¿Un conejo con ropa?!- Dijeron ambos al darse cuenta de la que veían.

- ¿Lo seguimos? - Pregunto él.

- ¡Pues claro! - Respondió Alicia y ambos siguieron al conejo. Con las ropas elegantes les costaba seguir al peculiar animal. Pero lograron seguir le la pista.

- Apropósito, soy Eliot. Un placer conocerte.

- Yo soy Alicia. El placer es mío.

- Oye, el conejo se metió allí. - dijo Eliot señalando un agujero.

- Sí, lo visto. Vamos a ver más de cerca.

Ambos al acercarse cayeron por el agujero. Tal como la primera vez. Libros, juguetes y demás durante su caída. Eliot tenía una cara de confusión, mientras que Alicia estaba examine recordando su niñez.

- ¡Wow! ¡Esto es genial!

- ¡¿De qué hablas?! ¡No sabemos dónde aterrizaremos!

- ¡Cierto! 

Después de caer un buen rato, Alicia y Eliot atravesaron un techo, o un piso (?). De pronto notaron que se encontraban en una habitación con una mesita y una puertita. En la mesa había un frasco y una llave. Eliot noto que el frasco decía "Bébeme". Alicia que empezaba a recordar todo, o al menos, una buena parte de todo, explico lo que debían hacer. De pronto la puerta hablo.

- ¿Eres tú? ¿Alicia?

- ¡¿Pero qué?! - Dijo Eliot viendo al ver con sorpresa a la puerta.

-Emm... Sí, soy yo...- Respondió Alicia examine. 

-Oh, Alicia, que gusto verte. No te veía desde hace algunos años...

- ¿Tú ya habías estado aquí?- Pregunto Eliot.

-Pues... No sé... Yo creo...- Respondió Alicia quien se jura a si misma que aquello que recordaba era un solo un sueño.

-Ahy, Alicia... ¿Pero es que ya lo has olvidado? - Pregunto la puerta con un tono de pesar.

- ¿Olvidar qué? Oh... Espera, esto es... No puede ser... ¿O sí?

- ¿Qué cosa Alicia? - Pregunto Eliot, calmándose un poco.

-Pero eso era un sueño...

- Bien Alicia, no todo es lo que parece ser siempre. - Comento la puerta.

- Bien... Haber sí entendí. Alicia ya había perseguido a un conejo blanco con ropa hasta caer por un agujero, aterrizo aquí y entro por ti, a un mundo X supuestamente imaginario que resulta ser real, pero ella creía que era un sueño y; ¿ahora yo también estoy aquí donde ella estuvo, pero no recordaba del todo?

Tanto la puerta y Alicia guardaron silencio.

-Emmm... Sí así es...- Dijo Alicia, aun procesando el razonamiento de Eliot.

- Okay.

- ¿¡Qué!? - Dijeron Alicia y la puerta a coro.

- Ves un conejo con ropa, te caes por un agujero lleno de cosas, ¡¿hablas con una puerta y lo único que dices es "Okay"?!

- Pues sí. Me adapto rápido.

- Tú vas a estar bien en este mundo, ¿cierto?

-Seguramente.- Dijo la puerta.

Eliot se limito a sonreír aunque en el fondo seguía patidifuso.  

-Okay... Pero si ya había estado aquí, ¿por qué no lo recordaba? - Dijo Alicia.

-Eras muy pequeña en ese entonces.

-Pero ahora que estas aquí, las cosas han cambiado.

- ¿Qué quieres decir?- Pregunto Alicia.

-Bueno... Hace poco la Reina Roja dejo de cortar cabezas una por una. Ahora corta más de 30 por día. Y la Reina Blanca no ha podido detenerla. Lo extraño es que ahora solo decapita a sus sirvientes.

-Bien, ¿pero, no es eso "mejor"?¿No es mejor que solo mate cartas a que acabe con todos?

-Pues, Alicia, sí aquí la puerta está viva lo que esta reina hace sigue estando mal. - Dijo Eliot.

- Tu amigo tiene razón. Y hace poco también mato al rey.

-¿Qué no estaban casados? - Dijo Alicia arqueando una ceja.

-No. Solo eran rey y reina.

-Qué mundo tan complicado. - Dijo Eliot.

-Sí. Estoy de acuerdo. -Respondió Alicia.

-Pero, hay algo más...

- ¿Algo más? - Dijeron a coro.

-La Reina Roja y la Reina Blanca ya han de saber que están aquí, así que apresúrense en beber la pócima en la mesa y tomen la llave. Corran hacia el palacio blanco. Que la Reina Roja no los pille.

Alicia y Eliot hicieron lo que les dijo la puerta. Tras ella había un enorme jardín lleno de flores de miles de colores. Eliot antes de entrar tomo algunas de las galletas con la inscripción "Cómeme". Alicia le explico que estas galletas los harían crecer cuando lo necesitaran. Apropósito, no me he presentado. Mi nombre es As, como la carta. Soy el caballero de la Reina Roja y no, no soy malvado. Nos encontraremos más adelante en la historia. 

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