El Unico Inicio

1 0 1
                                    


Todos tenemos una nota, ya sea un papel, un video, una grabación de voz, o un llamada telefónica… esta será mi nota, mi más sincera y elocuente nota de despedida. Hay muchos tipos de notas, las que sólo dices adiós, las que explicas como te sientes, las que además das detalles de lo que harás, o las que te despides de todas aquellas personas que son importantes o alguna vez lo fueron. No tengo ni idea de qué tipo de nota será esta, tampoco me voy a parar a pensarlo, ya lo descubriremos al final de ella. Lo que sí que sé, es que será lo último que escriba. Dudo seriamente que alguien lea esto, pero en caso de que me equivoque, me referiré a ti como “querido lector” aunque no sepa ni quién eres, ni si podre llegar a quererte. Muy pocos tienen ese privilegio, si es que puede llamarse así. “Querido Lector”, estoy harto de escuchar o leer lo de que “si caes, te levantas”, que “la vida es un pozo oscuro donde no sabes si podrás salir” o que “todo lo bueno llega al final, y si no llega no es el final”. Estoy hasta la polla de todas esas mierdas. Pero claro, soy humano, o eso dice mi código genético, y como humano soy un hipócrita de mierda. Desde mi perspectiva, mi experiencia o como mierdas quieras llamarlo, he descubierto que a lo que más se asemeja la vida es a una montaña rusa… es cierto. Mira, te lo explico. Un día te levantas, tranquilamente, feliz por lo que tienes. Estas subiendo. Subes por una cuesta, incapaz de ver el final, por lo que piensas que no terminará. Pero en el fondo sabes que no es cierto, que tendrá que parar algún día, aunque no quieras admitirlo y prefieras vivir en una mentira. Empiezas a ver señales; y es, esa misma mierda que te hace feliz, lo que te empuja a caer, convirtiéndote en uno de los peores hombres que conozcas. Pero soportas una caída. Y otra. Pero después de unas cuantas no puedes seguir más. No sabes que hacer para bajarte de esa puta atracción, y lo único que se te ocurre es saltar. Joder. Sabes que todo acaba con un gran salto. Y saltas. E ironías de la vida, caes dentro de otro vagón, de diferente forma y color, pero es la misma mierda de la que escapaste. Lo único que sabes que funciona es salir corriendo, huir… o saltar. Y vuelves a saltar. Y claro, no hay nadie que te espere abajo. Eso duele. ¿Sabes lo que es sentirse solo? Da igual si estas rodeado de 50 personas. Da igual si estas con tus amigos. Tu familia. ¿Sabes lo que es sentirse solo? ¿Sabes lo que es no encajar con nadie? ¿Sabes lo que es llevar una sonrisa falsa todo el puto día? No creo que nadie lo sepa tanto como yo. Nadie. Pensaba que eso había acabado. Pero no, la vida es una cabrona y pone falsas ilusiones en mí. No tengo ganas de nada. Había algo que me hacía “feliz”, pero hasta eso me produce urticaria. No lo soporto más. Todo esto debe parar. Terminar de una maldita vez. -El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por las que cada uno pasa según sus necesidades. La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta. La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que  “el tiempo todo lo cura” es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa puerta. La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es sólo dolor, y  para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad. La última puerta es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado.- Yo ya he pasado por las tres primeras. Espero, aunque sin mucho éxito, que la última sea la última elección que haga. Maldita sensación que inunda cada parte de mi ser. Me quema por dentro y no me deja respirar. Sentimientos contradictorios vagan por mi pensamiento sin rumbo ni orden. Provocan a su paso un tornado de inseguridades y contradicciones que me absorben hacia el interior, arrollando a su paso todo lo que encuentra en el camino. Esto no es fácil, y lo siento, pero no puedo seguir así. Estoy harto de todo. Sólo veo dos soluciones, o arrancarme el corazón, o morir. ¿Cómo matas al monstruo que hay en ti, sin matarte a ti mismo? 

Para ti: hola colega. No sé si leerás esto, contigo nunca se sabe, pero esto es para ti. A partir de ahora las cosas serán muy diferentes. Las cosas cambian, la gente cambia queramos o no. Y da igual lo que hagas, digas o sientas, las cosas cambian aunque no nos demos cuenta. Puedes pensar que las cosas van bien, tranquilas… pero siempre hay una pequeña mierda que hace que vayan a peor, que lo cambien todo, que vuelvan loco al cuerdo y cuerdo al loco. Sé que algo de mí se quedara en ti, es inevitable… hemos compartido demasiadas cosas como para que no sea así. Todo eso me dolió, pero tal vez aprendí algo nuevo, no confiar demasiado, no dar tanto cariño y ser consciente de que siempre habrá una mentira. La vida es más fácil cuando dejas de creer en la gente y dejas de ilusionarte. Para futuras ocasiones tienes que saber que por mucho que te duela tienes que aprender a decir adiós, no puedes permitir que te jodan la vida solo porque haya un maldito sentimiento de por medio. A veces tienes que aceptar el hecho de que algunas personas sólo han entrado en tu vida como una felicidad temporal. Ya sabes que no soy el mismo cuando me enamoro. Ni cuando me traicionan. Lo puedo perdonar casi todo, pero no la traición. No me arrastro por nada ni nadie. Ya me salté esta norma varias veces, y así me ha ido. No cometas los mismos errores que yo. Tengo la esperanza de que tal vez tú me entiendas, yo ya me he cansado de intentarlo. Hace tiempo te dije me nombre verdadero, no es el que todo el mundo cree ni el que uso, yo digo el de verdad, eres la única persona que lo sabe, cuídalo bien. Y ya sabes, las 3 “F”. Frio, Fuerte y formal. Te quiero, te quise y te querré.

Eso es todo. No tengo más palabras que añadir. Ya he dicho lo que había que decir. El resto el silencio.

 Mi NotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora