2da parte

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Cuando se acabaron los regalos entonces pasaron a cenar. El pavo estaba listo y según los comentarios de todos, había quedado muy delicioso. Helen siempre era reconocida por su impresionante habilidad en la cocina. Mientras cenaban habían dejado entrar a Gubby, una labrador negra que tenían como mascotas. Gubby estaba muy bien entrenada y mientras comían se quedaba sentada en su cojín y después de que terminaban le daban su dosis de croquetas. De de pronto Helen vio que la labrador se había levantado de su cojín y andaba dando vueltas alrededor de la mesa pero no le dio importancia y siguió con su cena. Después empezó a escuchar que la Gubby comía algo, Helen se levantó y fue a ver qué era y su sorpresa fue aún más grande cuando vio que era un pedazo de pavo.
-¿No que muy bueno el pavo?Por que A la Gubby parece gustarle. ¿Quién se lo dio?- preguntó a sus nietos que me respondieron que ellos no y que le había encantado el platillo-Bueno para la próxima díganme porque Gubby no está acostumbrada a comer ese tipo de comida y le puede hacer daño.
-Si, abue - contestaron los niños
Helen volvió a su lugar pensando en que sólo Anette le daba de comer a la mamá de Gubby, cuando aún vivía, por debajo de la mesa no le gustaba la comida, lo que le disgustaba mucho, pues era la única que despreciaba sus platillos.
Continuó la cena y una vez servido el postre y el café comenzó la plática de sobremesa. Todos parecía estarse divirtiendo con la anécdota que contaba Michael sobre su caída por las escalera qué le ocasiono que se le rompiera la pierna, cuando depronto Helen se deslumbró, inmediatamente supo que había sido el reflejo de un espejo puesto hacia la luz. El reflejos se movióa para la ventana, posteriormente a la pared y después hacia la bandeja que contenía el postre. Helen sigui el reflejo con la mirada y se pregunto de dónde venía. El reflejo volvió a moverse, pero esta vez así al pasillo que se dirigía a los cuartos. Helen sabía que Anette le gustaba hacer deslunbrar a las personas con un espejo que tenía en un juego de cosméticos que le había quitado a su mamá. Llantas de no saber qué pasaba decidió seguir el reflejo el cual la Llévame hasta el estudio, el antiguo cuarto de su hija más pequeña. Al entrar ahí se encontró a un niño jugando con una muñeca idéntica a la de Hannah. Increíble no tenía miedo Sólo quería saber que estaba pasando y se acercó a la niña. Cuando estuvo frente a ella se dio cuenta que era su querida Anette, bueno, en sí no podría hacerlo porque debería tener 26 años, pero no le importaba su hija estaba ahí. Annette se levantó el brazo mamá con esa mirada burlona y alegre que le caracterizaba a la toma de la mano.
Al instante el cuarto del estudio cambio y se convirtió en la estación de tren de hacía 23 años 7 meses y 25 días, pero esta vez Helen podía verse haci misma soltando la mano de Anette, como se aleja hacía el puesto de dulces y la anciana que atendía le regalaba una paleta. Cuando intento regresar a donde estaba su madre, vio que el tren ya se iba a si que se subió a el, pero era el equivocado. Anette se había quedado en el tren hasta que una señora la vio y le preguntó por su mamá, ella estaba tan asustada que no le respondió. La señora la llevo a su casa y llamo a ala policía para ver si encontraban algo de información sobre la niña, pero no encontraron nada, pues el tren la había llevado al pais vecino

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