La carretera estaba despejada. Era un camino muy largo y todo lo que traía en mente me estaba torturando. Todos los recuerdos que tenía con papá, podía verlos tan llenos de oscuridad, de pesar. Excepto uno, mi favorito. Cuando me enseñó a manejar.
Tenía dieciséis años, estábamos de viaje en una isla no muy poblada. En esa etapa de mi vida, mi familia paterna y materna se juntaban con demasiada frecuencia. Cada fecha festiva, cada verano, en todos los cumpleaños, siempre convivían y se apoyaban unos a otros.
Caroline mi hermana y su prometido Marcus, (actual Cónyuge) estaban examinando la zona. Caroline siempre ha sido una mujer de aventura. Si no conoce el lugar que está visitando, busca y recolecta toda la información posible. Le gusta el riesgo, algo que admiro de ella. No tiene miedo de nada. Ese día decidieron escalar una montaña que nunca antes alguien había subido. Era muy peligrosa, nadie sabía qué obstáculos tenía.
Todos la estábamos pasando bien, como si los problemas exteriores se hubieran esfumado. Papá estaba hablándome sobre un mito de la isla. Si es más de media noche y sigues nadando en el mar, o siquiera tocas la orilla, aparecerá frente a ti Loé, la mujer más hermosa que haya existido en esa isla. Según la historia, ningún hombre puede resistirse a su belleza. El problema de la aparición de este espíritu, es que al escuchar su cantar, caes en un ''hechizo''. Ella te guía hasta el borde de el volcán con más actividad de la isla, y antes de dejarte caer para de cantar. Para que seas consciente al momento de morir quemado.
Su muerte se debió a que muchos años atrás, cuando la isla era habitada por primera vez, las mujeres representaban estabilidad y paz, si una mujer lloraba, el culpable sería asesinado. Ellos decían que cuando llovía, su Dios estaba furioso, cuando hacía frío, significaba que el espíritu de un guerrero los estaba preparando para toda adversidad. Serían inmúne a todo. Cuando el día estaba soleado, representaba un día especial, representaba que ellos estaban evolucionando, que habían logrado vencer otra noche de frío.
Una noche en una tormenta tropical, de la oscuridad surgió un hombre. Él amenazaba con llamar a un dios desconocido para ellos, Anubis (según la mitología egipcia) el Dios de la muerte. Pidió a cambio a la mujer más hermosa de la isla, para llevarla al volcán donde sería sacrificada para que su espíritu cuidara de la morada más importante para ellos. Con su belleza, ningún enemigo podría atacarlos.
Buscaron día y noche, le llevaron a aquella figura sombría miles de mujeres, todas fueron rechazadas. Era tanta su desesperación, que si negaba a la mujer, ellos la asesinaban. Un día, el hijo de el hombre más poderoso sobre la isla, se encomendó en la selva en la búsqueda de aquella mujer.
Una tarde, escuchó desde lejos un cantar que le satisfacía más que cualquier otra cosa. Al llegar a la fuente de tal voz, vio en la orilla de el mar a una mujer de espaldas. Su cabellera era castaña y larga, tenía una figura que él jamás había visto. Se acercó a preguntarle su nombre, y esta, al verlo directamente a los ojos respondió ''Loé''. Aquel hombre engañó a Loé diciéndole que se había enamorado de ella, e irían con el resto para anunciar su repentina nupcia. Al llegar con su padre, Loé fue atada y llevada con el hombre desconocido. Al verla, no dijo más. La tormenta desapareció junto con ellos. Horas más tardes escucharon un terrible grito desde el volcán. Finalmente había muerto.
Fuera de la vida, ella se negó a cuidar la morada de los Dioses. Fue enviada lejos, prohibéndole la entrada de el reino de paz y descanso. Loé se dedicó a tomar venganza sobre todo hombre que tocara el mar a tales horas, dándole el mismo desastroso final, acompañándola durante toda la eternidad.
Cuando Caroline volvió estaba afligida, Marcus se había tropezado con una piedra y estaba gravemente herido, se había ido de espaldas, cayendo por gran parte de la montaña. Papá no podía manejar porque tenía que encargarse de empacar todo. Me obligó a meterme en el auto y me dio una ''pequeña lección'', estaba aterrado. Lo odié en ese momento, me sentí abandonado cuando tuve que llevar a Marcus y mi hermana al hospital sin él o mamá. Pero en fin, fue una gran experiencia.
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Descúbreme
General FictionEl desorden mental en muchas ocasiones es incontrolable. La obsesión anexada a una enfermedad mental siempre resulta atrozmente fatal. La necesidad de un psicópata por obtener atención de la persona que quieren, a veces les hace cometer acciones let...