"Madura"

40 6 4
                                    

Madurar no es dejar de divertirse. Madurar no es dejar de sonreír. Madurar no es dejar de vivir tu vida como una aventura. Así como ser inmaduro no significa ser alegre o disfrutar cada momento. Es por esto que en verdad me irrita cuando esta palabra es usada a la ligera.

Jamás le digas a alguien que madure simplemente porque la está pasando bien o porque tiene una sonrisa de verdad, de esas envidiables, en el rostro. Que tú no seas capás de darle una oportunidad a la alegría no significa que el resto del mundo tampoco lo sea. Vive y deja vivir, y si no te gusta tu vida pues haz de ella un desmadre, pero deja al resto del mundo vivir. Madurar no es tener una cara de mosquito muerto todo el maldito tiempo. ¿Sabes qué es lo peor? Lo peor de todo es que gran parte de los que piden a otros "madurar" no son más que personas resentidas con el mundo.

Por otra parte, existen ocasiones en las que si se habla sobre madurar se tiene razón. Creer que nada o todo está bien en el mundo es inmaduro, pues siempre hay un equilibrio; hablar a todo el mundo cómo te venga es inmaduro; decir mentiras sólo para mejorar tu imágen o reputación o arruinar la de otros es inmaduro; tratar a las personas como basura es inmaduro; creer ser superior es inmaduro. Así que, si alguna vez has actuado de alguna de las maneras anteriores todavía tienes tiempo de ver las cosas con claridad y hacer lo correcto, tal vez con una sonrisa, tal vez con algo de fastidio, pero siempre con satisfacción  y orgullo. Es decir, que todavía tienes tiempo para madurar de verdad.

¿Y para qué guardarse las cosas para uno sólo? Si ves a alguien actuando como lo anterior dicho, habla con ella y, sin necesidad alguna de insultar, explícale lo que ha hecho mal y por qué debe madurar. Eso sí, recuerda que debes empezar contigo mismo.

¿Quieres un último consejo, pequeño amigo? Quema las etapas de tu vida hasta la vejéz adecuadamente, pero siempre conserva al menos una gota de aquel elixir que hace que le encuentres amor a las cosas y alegría a cada momento: la niñéz.

¿Quieres un último consejo, pequeño amigo? Quema las etapas de tu vida hasta la vejéz adecuadamente, pero siempre conserva al menos una gota de aquel elixir que hace que le encuentres amor a las cosas y alegría a cada momento: la niñéz

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Para.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora