Capítulo 9: Él está enfermo

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-¿Estas de coña Justin? –Sus palabras eran nerviosas, rápidas. Joder. Joder. Joder. Había sido un puto ciego. Todos esos años, pensando que Ryan era su amigo, mierda, su hermano. Ryan era como su mano derecha, podría confiarle la vida con los ojos cerrados.

Pero más bien, tenía los ojos cerrados. Siempre los tuvo. No podía entender como no se había dado cuenta. Y es que era ironice recordar las veces en que Ryan le daba consejos de mierda, y el como un idiota los seguía.

Hasta este punto de su vida jamás se había cuestionado el porqué de muchas cosas. Y hoy...Hoy lo hacía. Para empezar ¿Por qué le había sugerido la apuesta? ¿Por qué Ryan fue el de la idea de comenzar a molestar a ___ después de que ella lo hubiera rechazado?

Tantas y pequeñísimas cosas se le juntaron en la cabeza, cada pieza encajando en su lugar. Cada cosa tomando su sitio. Demostrándole que ese, no era su amigo. Nunca lo fue.

-Joder Ryan, sal de mi oficina ahora mismo, y por favor no vuelvas.

-¿Crees que eso me asusta Justin? No eres más que un imbécil.

-Sí, tienes razón, soy un imbécil por no haberme dado cuenta la rata que eres. ¡LARGO!-rugió.

-Está bien...Esta bien. –Levanto las manos y dio unos pasos hacia atrás. – No sabes el peso que acabo de quitarme de encima- rio- Por fin podre follarme a ___ sin miedo a que lo sepas.

-Cállate, joder. Cállate la puta boca, y lárgate de aquí si no quieres que te saque yo mismo.

-Me pregunto si le habrán gustado las flores que le mande...

El aire se tensó aún más que antes.

-¿Qué mierda acabas de decir?

-¿Acaso estas sordo? Mm, vaya y sus bragas...Joder, aún conservo las bragas que nos diste el día que te pusiste hasta la mierda. Y no sabes cuantas veces me he venido oliéndol...- La frase quedo en el aire.

Justin estaba encima de él. Golpeándolo como un toro loco. Y es que veía rojo. No podía hacer más que golpearlo, quería cerrarle la boca, quería que la mierda dejara de salir de él.

-¡JUSTIN SUELTALO!

-¡CABRON, LO VAS A MATAR!

Justin solo era consiente de gritos distorsionados que se escuchaban a su alrededor. De pronto sintió como lo alejaban de Ryan y el aun ahí, soltando puñetazos y maldiciendo no quería parar. No tenía intención de parar hasta que su cuerpo colapsara.

-Joder Justin, que coño te pasa!

Alfredo estaba ahí, sosteniéndolo de los brazos. Y un hombre de seguridad estaba ahí sosteniendo a Ryan que al levantar la mirada lo fulmino. Tenía la nariz rota al parecer, sangre caía por montón y su ceja y labio estaban abiertos con un poco de sangre. O quizá era la sangre de su propia nariz, en realidad no lo sabía.

-¡LARGATE DE AQUÍ! –Rugió- ¡NO TE QUIERO VER EN MI PUÑETERA EMPRESA JAMAS! NO TE QUIERO VER EN MI PUTA VIDA RYAN, ALEJATE DE MI, ALEJATE DE ELLA.

-Vamos muchacho, parece que el jefe no te quiere más aquí.

El hombre de seguridad se llevó a Ryan tirándolo del brazo. Y este último sonrió. Una sonrisa malvada, desquiciada. Sabiendo que había obtenido lo que quería...

***

-Sí, ya estoy en casa, al parecer las dos últimas citas se cancelaron ya que los pacientes salieron de vacaciones.

-Eso es genial amor!

-Lo sé, tengo un poco más de tiempo para terminar de organizar la casa... Hay algunas cosas que he querido cambiar por la mudanza, pero he estado tan apurada con el trabajo que no he tenido cabeza.

Por tu amor| 2da temp. Protégeme|jb|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora