1. Como todo empezo.

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Desperté en la mañana asustado consiente de que se me había echo tarde, no sé porque sigo ejerciendo este puesto, la vida ha echo conmigo lo que se le ha dado la puta gana, pero bueno al caso, eso no es algo que venga al tema.
No tuve otra opción de levantarme rápido he irme al baño, tome una ducha y en cuestión de 20min ya estaba saliendo de mi apartamento, para mí mala suerte mi automóvil estaba en el taller y no me quedaba otra opción que tomar el autobús, llegue a la estación y me dedique a esperar el maldito  autobús, tardo 10min hasta que por fin llego, me subí y me senté, me hice al lado de una ventanilla, saque mi móvil y coloque un poco de música, pasaron varias horas de haberme subido al autobús y por fin ya estaba cerca de la estación que quedaba a unas cuadras de mi trabajo, note que ya no se movía y mire a mi al rededor, me encontré con los rostros de las personas muy molestos pero no entendía que sucedía, así que después de varios minutos después me di el lujo de incomodarme y dejar mi móvil a un lado, todos estaban peleando y haciendo comentarios como "que falta de respeto", "llegaré tarde nuevamente al trabajo", que patética gente, me pare y me fui a la cabina del conductor, el cual ya no estaba, gire mi cabeza y atrás mío había un hombre, el cual me miró y levemente me dijo que saliera de ahí si no quería perder mi vida en contados minutos, esto hizo que saliera inmediatamente de el autobús muy alterado.
MIERDA. Era lo único que se pasaba por mi cabeza al recordar que todas mis putas cosas se habían quedado allí, no sabía que hacer, papeles, documentos, TODO se había quedado ahí dentro, ya no sabía qué hacer así que me decidí a seguir al trabajo, igual, no tenía otra opción, llegue y firme mi informe, el cual ya me avisaba que tenía un memorando por la llegada tarde, que mierda de día era lo único que se me pasaba por la cabeza una y otra vez, me dirigí hacia el dispensador de agua y tome un vaso, luego me senté y espere al siguiente turno, ya que en la noche ocurren los mejores casos, y lo único que pensaba era que la noche no estuviese tan mala como el día.
Estuve esperando durante varios minutos hasta que en la oficina en la que me encontraba entro Thomas, mi compañero de turno, me miró y agregó un estúpido comentario como "porque tan de malas pulgas", sonreí un poco y luego lo fulmine con la mirada.

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