— ¿En qué puedo ayudarle, noble señor? —Preguntó melosamente el hombre sin dientes. —No es habitual tener clientes a estas horas, noble señor. —
El cliente le miró a él y luego al resto del lugar. El desorden y los destrozos, signos de pelea, eran evidentes. El sin-dientes no tenía intención de enfrentarse con aquel hombre. Vestía una pesada y gastada armadura, tampoco tenía reparo en ocultar o disimular su arma. Debajo del yelmo que llevaba se escapaba una gran cantidad de pelo rojo.
—Es una posada, cualquier hora es habitual para un cliente. — Respondió el pelirrojo.
Era imposible discernir el tono de aquella respuesta.
— ¿Cómo puedo ayudarle? — Preguntó nuevamente, ya obviando usar el noble señor.
—Déjeme que le cuente una historia. —
El sin-dientes trató de mostrarse interesado, necesitaba tiempo, aquella historia no le importaba en lo absoluto.
—Déjeme que le invite algo para calmar la sed, contar historias seca la garganta. —
El sin-dientes no sabía dónde se guardaban los barriles de cerveza. Era la primera vez que él y su grupo pasaban por la posada. Sus compañeros ahora se encontraban en alguno de los pisos superiores, divirtiéndose con las hijas del posadero. El posadero, yaciendo con el cuello abierto detrás de la barra, poco podía hacer.
Usando la búsqueda de la cerveza como excusa, extrajo el puñal del costado del posadero y limpio la sangre en las ropas del cadáver.
Luego de hallado el barril y vertido parte de su contenido en sendas jarras de madera, el sin-dientes se sentó junto con el pelirrojo.
El pelirrojo se quitó el yelmo descubriendo una mata de abundante pelo colorado, era imposible asegurar donde empezaba la barba y dónde el pelo de la cabeza.
Sin beber la cerveza que se le ofreció contó su historia...
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La Historia de Antón
Fantasy"¿Que harías si una maldición del infierno infestara a todo tu familia y solo tú tuvieses el poder y las agallas para librar al mundo de tal peste? Antón lo sabe." Cuanto corto. Plantea una breve introducción al personaje, sus motivaciones y su tras...
