Magalie, una chica de 17 años, es seleccionada para una gran aventura. Eso, más la suma de sus problemas amorosos, amistosos y familiares, entre otros...
¿Podrá Magalie salvar al pueblo de la maldad? ¿Será llevada al otro lado?
De por sí su vida e...
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—Amor... ¡A despertarse!— Una voz suave y dulce sonaba en mi oído, aunque luego de unos segundos..—¡DALE QUE NO TENGO TODO EL DÍA!
Terminé por dar un salto y caer de la cama. Unos pies estaban a mi lado, llevaban unas chanclas rosadas y peluditas, era obvio de quien eran.
—¡Hija! ¡No me gusta tener que despertarte así! ¡Pero no haces ni un esfuerzo!—Exacto, era mi madre. Siempre me despierta con una voz suave y dulce, pero termina gritándome, haciendo que caiga de mi cama. A mí no me gusta, pero dice que no tiene otra opción.
—Bueno... es que estaba en algo importante—Empecé, sin pensarlo antes, a largarlo todo—Que era el guard-
Fue en ese momento en que acordé de que la tortuga me dijo:
''No se lo digas a nadie'' ''Los elegidos aparecerán por si solos y te darás cuenta de quiénes son''
—¿?—Estoy segura de que mi madre empezó a creer que de verdad me había vuelto loca.
—Que... era... el... ¡Guardabosques! Sisisisí... Había un... ¡Un incendio! Y... ¡y tenía que apagarlo! Eh.. sisí...—Dios casi me descubren, ¡y eso que recién empiezo!
—Ajá... Okey.... tienes el desayuno listo... hija...—Aunque pensara que estaba loca.
Me dijo que iba a venir el vecino en un rato y que si me lo cruzara fuera amable. Ese tipo no me cae bien.. Estoy al 100% segura de que quiere a mi mamá, pobre de mi papá... si a mí no me cae bien, imagínate a él. Salió por la puerta de mi cuarto, cuando se encontraba afuera, movió su brazo hacia la puerta, cerrándola de un fuerte golpe. En ese momento una estatua que tenía se cayó al suelo, con mis habilidades unidas pude rescatarlo de la muerte.
—Alguien no está de buen humooor...—Reí
Tomé ese momento de paz y tranquilidad para pensar: ¿Ese sueño era verdad? ¿Tenía que creerle? ¿Serán las películas que me están haciendo mal? Supongo que habrá sido un sueño, pero no lo voy a descartar tan fácilmente. Eso sí, tengo que hacer algo con esta lengua tan larga que tengo. ¿Te imaginas si para el final de la escuela ya todos saben lo que pasó? ¿Y si viene la maldad a atacarme? Dios.. tengo que hacer algo
Ahí me miré en el espejo y me dije que tenía que morderme la lengua cada vez que hablara del sueño. Empecé a practicar cuando...
—¡DALE MAGA QUE LLEGAS TARDE!—el grito de mi madre hizo que me mordiera la lengua de verdad y me lastimara.
—Sga voyd... aud—Este va a ser un largo día...
Me puse una remera que tenia el dibujo del ''Ying y el Yang'', me gustaba pero ayer había planeado usar otra cosa y por una extraña razón, quise cambiar a esa. Y también usé unos pantalones cortos que, como no tengo una cintura muy ancha, iban acorde a mi figura. Por último, me puse unas converse negras.
Luego de ponerme una zapatilla, en el momento que me estaba colocando la otra zapatilla, salió mi hermana de la nada e hizo que las zapatillas salieran volando por la ventana. No pude evitar pensar ''I believe I can flyyy.'' Me causó mucha risa, pero ahora tenía que ir, con una sola zapatilla, a buscar la otra. No sin antes castigar a mi hermana con una... ¡GUERRA DE COSQUILLAS!
Nos empezamos a matar entre nosotras y terminamos tiradas en el suelo, por suerte no me había peinado. Me levanté primero, le hice burla a mi hermanita menor y salí por la puerta, no sin tropezarme y casi caer por las escaleras.
Me vino un aire fresco y escuche una voz, como si el viento me hablara:
''Eres nuestra salvadora.. auxilio...''
¿Estaría alucinando cosas?
No le hice caso y empecé a mirar a los alrededores, buscando mi zapatilla. Pero.. un chico salió de la nada, haciendo que caiga al piso. ¡En serio pensé que era una maldad! Casi le pego una patada al chico, que cabe aclarar, era Max, uno de mis mejores amigos.
—¿Buscabas esto?—dijo alzando mi zapatilla
—Maldito..—¡Encima me roba la zapatilla!
—Ojo con lo que dices, que te puedes quedar sin zapatilla, eh.—¡Y SE ATREVE A DESAFIARME!
—¿Huelo a un desafío?
—Pruébame—Já, pobrecito, pensaba que podía ganar.
Sin dudarlo, me abalancé sobre el y le robé la zapatilla, que en realidad era mía.
—Y una vez más...—Con todo el orgullo del mundo—¡Soy la ganadora!
—¡Tramposa!
—¡Mal perdedor!
Luego de reírnos un rato, entré a mi casa y me puse la zapatilla. Luego peiné mi cabello y desayuné lo más rápido que pude. Terminé llevando una tostada en la boca.
Ahí estaba, el edificio más aburrido de la historia: la escuela. Pero bueno, pude entrar a la escuela sin morir en el intento.
Cuando estaba al lado del portón, en el patio me puse a pensar: ¿Encontraré hoy a los elegidos? ¿Quiénes serán? ¿Los conoceré? ¿Veré algo raro? ¿Me intentarán matar?
Decidí no pensar más en ello, tomé aire y entré. La jornada iba a empezar
