Mis lágrimas no dejan de salir, rabia, dolor, impotencia. Eso es lo que siento. Estoy amarrada a una silla, en el mismo cuarto. Hace frío y tengo sed, mi cara me duele horrores del golpe que me dieron y yo no dejo de pedirle a Dios que alguien me saque de aquí.La puerta se abre y el hombre que me pegó se pone delante mía con una sonrisa de las más cínicas que he visto en mi vida.
-Espero que te esté gustando tu estancia aquí.- se acerca a mí y pasa su asquerosa mano por mi cara. Dios que asco.
-Déjame en paz. Eres asqueroso.- le escupo y su sonrisa desaparece dejando pasó a una expresión para nada agradable
-No estás en condiciones de darme ninguna orden.¿Sabes? He pensado que debería tratarte mejor, ¿no crees?-me jala del pelo echando mi cabeza hacia atrás bruscamente.
-Vamos a hacer de tu estancia aquí algo inolvidable.-
Por favor, no.
Desata mis manos de la silla y antes de pensarlo más, corro hacia la puerta. Con suerte se la habrá dejado abierta, no escuché que la cerrara.
Antes de girar el pomo, de un fuerte empujón consigue tirarme al suelo y ponerse a horcajadas encima de mí.
-No por favor, para.¡Socorro!¡Ayudaa!- grito a todo pulmón y lo único que consigo es un fuerte golpe en mi mandíbula dejándome sin aire.
-¡Callate perra! Tu y yo vamos a pasar un momento muy placentero.- empieza a desabrocharse el cinturón y yo lucho por salir, grito y me muevo todo lo que mi cuerpo inmóvil me permite.
Empieza a desabrocharme el pantalón y mis lágrimas vuelven a salir.
Estoy perdida.
Nadie me va a ayudar.
Nadie me salvará.Antes de conseguir quitarme las bragas un fuerte golpe hace que dirija mi mirada hacia la puerta.
No consigo ver nada pero el peso del hombre que estaba a punto de violarme desaparece y sale volando por los aires, chocando contra la pared.
Un chico alto, moreno de ojos negros como el carbón se encuentra a mi lado. No se quien es, pero le debo mi vida.
Me levanto del suelo y pongo bien mi ropa, intentando ocultar la vergüenza y cogiendo mi dignidad, que está por los suelos.
-Vámonos de aquí, antes de que sea demasiado tarde.-el chico me coge en brazos como si pesara unos miseros 5 kilos y yo escondo mi cara en su cuello.
A pesar de estar mojado y sucio su aroma no ha desaparecido y es terriblemente sexy, tiene los músculos bien marcados y consigue transmitirme una tranquilidad increíble.
Avanza por unos pasillos hasta llegar a una puerta de madera.
Consigue abrirla y la atravesamos encontrándonos en un bosque.
Esto tiene que ser una jodida broma.Me deja en el suelo y dirigiendo su mirada hacia mí me pregunta:
-¿Crees que podrás correr?- yo asiento con la cabeza sin dejar de mirar a sus ojos tan negros como el carbón.
El chico sonríe de una forma tímida y agarra mi mano empezando a correr para adentrarnos al bosque.Llevamos corriendo por lo menos 10 minutos y si en todo este tiempo no me he comido el suelo es porque el chico sin nombre lo ha impedido, desde que salimos no ha soltado mi mano en ningún momento y sólo hemos parado para ver si nos seguían.
Conseguimos llegar a una carretera desierta y vemos un cartel que pone:
San Antonio 35 kilómetros.
-Tendremos que andar mucho más, ¿podrás aguantar?-
-Lo intentaré.-le digo y veo una pequeña sonrisa saliendo de sus labios. Es hermoso. De verdad.
Andamos durante horas y mis piernas ya no pueden aguantar más.
-Por favor, espera, ya no puedo más.-mi cuerpo cae al suelo como si se tratara de un saco de patatas.
Sus fuertes brazos me cogen y me levantan del suelo.
-Gracias.-me voz sale en un susurro pero lo suficientemente alto para que el lo escuche. Escondo mi cara en su cuello y cierro mis ojos intentando olvidar y sentir la seguridad que me transmite. Aunque es un desconocido.
-¿Como te llamas?- le pregunto y su sonrisa vuelve a aparecer, pero ahora dejándome ver unos dientes perfectos.
-Pensé que no me lo preguntarías. Christian, pero llámame Chris.¿Y tu?-
-Judith, ¿te puedo preguntar algo?- mi voz es un susurro pero se que me escucha por que asiente con la cabeza sin dejar de andar en ningún momento.
-¿Que hacías allí?¿Tambien te secuestraron?-me mira durante unos segundos y hace una pequeña mueca.
-Si, vi cosas que nos les conviene que cuente.-
No volvemos a hablar y me concentro en los latidos de su corazón, lentos y fuertes.
Mis ojos se van cerrando y el cansancio puede conmigo.
***
Mis ojos luchan por abrirse pero me duele absolutamente todo. Con mucho esfuerzo consigo abrirlos y me encuentro en una habitación, está oscuro excepto por la luz que entra por la puerta medio abierta. Salgo de la habitación y bajo por las escaleras que se encuentran al final del pasillo.
Cuando miro a mi alrededor me doy cuenta de que está casa se me hace conocida.
Me dirijo al salón y allí me encuentro a Ruth, Liam, Danny, Kyle y ¿Chris?-¿Que hacéis todos aquí?- Ruth levanta su mirada del suelo y en tiempo récord se echa encima de mí.
-No sabes la alegría que me da que estés bien.- detrás de ella veo a Chris acercándose a mi y corro a sus brazos como un náufrago a un bote salvavidas.
-No esperaba que reaccionaras así pero me gusta.- una pequeña sonrisa sale de mi y lo abrazo más fuerte aún, el me rodea con sus grandes brazos y no nos separamos hasta escuchar a alguien carraspear.
-Yo estoy bien, gracias por preguntar.- Kyle aparece al lado de Chris y yo lo fulmino con mi mirada.
-Púdrete.-mi voz sale tan fría y dura que hasta a mí me sorprende.
-¿Por qué me has traído a su casa?- le pregunto a Chris que no se ha separado de mi ni yo de él.
-Está es mi casa, ellos son mis hermanos.-
Bueno, chic@s quiero deciros que a ésta nove se ha unido mi amiga Andrea y que vamos a escribirla juntas, espero que os guste😻🙈❤😘
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Una Extraña Historia.
RomanceSi me hubieran dicho hace un par de días que una vampiresa me habría invitado a su casa, llena de vampiros menos un par de lobos; saldría de la casa y seguiría a un posible vampiro, me cruzaría con otros tres y sería secuestrada por los mismos, jamá...