-¡Eres la peor! - grité causando que ella se riera aún más fuerte. Me quede observando a la pelirroja sin compasión alguna.
-A ver. ¿Deja ver si entendí, te tiraste a un tipo buenísimo y dices que soy la peor? - preguntó para a continuación volver a soltar una gran carcajada dejando a la vista sus blancos dientes y su pircing. Siempre he querido uno como esos, pero me conformo con el dolor que causó el industrial en mi oreja derecha. La pelirroja dejo de reír y acomodó su brillante cabello. - Tú lo que me reprocha es el hecho de que hayas estado tan borracha y no poder recordarlo. - hablo de una manera acusadora apuntándome con el dedo. Rodee los ojos. - ¿Al menos tienes idea de como se llama?
- No, maldición no. ¿Y si el tipo tenía sífilis o sida? ¡Y si ..! - me interrumpió la pelirroja poniendo sus manos en mis hombros.
- Relaja el maldito trasero. - habló sería para después regalarme una sonrisa. - Era el cumpleaños de tu padre y si dejaba que te quedes metida en cama, me mataría. Eres la hija de una leyenda del rock, tenías que emborracharte y celebrarlo en su honor, tal y como él lo hubiera hecho si estuviera aquí. - habló para regalarme una sonrisa. - Aparte te tiraste a un tipo muy bueno. - dijo levantando una de sus cejas para segundos después giñar su ojo derecho, era tan malditamente coqueta. Aún así siete años después de graduarnos seguíamos siendo mejores amigas, lo único que ha cambiado son los colores en su cabeza, creo que no hay ni un sólo tinte que no haya pasado por su cabello. Y uno de que otro tatuaje.
-Hoy tengo una cita con Jason. - habló mostrándome una sonrisa pícara.
Jason, su tatuador favorito, desde que le hizo el tatuaje en el seno izquierdo, no dejan de tener "citas" ocasionales. Realmente era buena persona.
- ¿Sexual o vas por otro tatuaje? - a la pelirroja se le tiñeron sus mejillas de rojo sangre. - ¿Crees que no lo sé? Eres mi mejor amiga, ya lo sabía, incluso antes de que pasara. - le sonreí mientras bajaba la cremallera de mi vestido quedándome en ropa interior a juego, eran las doce del día de un domingo realmente brillante y radiante, espectacular.
-Eres una rata estúpida, pero te amo. - hablo y se levantó dejando un pequeño hueco , cogio su bolso y se acomodo su short Jean de color negro. - Pillina, nos vemos. - depósito un beso en mi frente y salio de la habitación meneando sus caderas.
-¡Me llamas para contarme que tal fue! -grité y ella en respuesta sólo río. Se escucho el sonido de la puerta abrirse y cerrarse.
Me tiré sobre la cama, revolcándome en ella, es la misma cama desde mi adolescencia, dos plazas completamente para mi sola. Me gire para alargar mi mano sobre el velador y poner en play música desde mi Ipod. La voz de mi padre inundaba la habitación. Era adictiva y transmitía energía. Me quede de momento observando el techo de mi habitación. A veces me resultaba realmente pálido y triste. El timbre del departamento sonó. Dude en levantarme a abrir o no. Camine lentamente por el departamento de mi padre, busque rápidamente una franela, pero lo único que estaba a la mano era una camisa de Jeff, me la puse y abrí un poco la puerta sonando la cabeza.
-¿Se te antoja una tarde de película? - habló Jeff desde el otro lado de la puerta mientras me mostraba la película y un six pag de mi cerveza favorita.Maldición.
Sonreí abriendo la puerta y haciéndome a un lado para dejarlo pasar. Se detuvo cerca de mi y presiono sus labios con los míos, su mano libre viajo hacia mi cintura pegándome más a él. Mis brazos subieron a sus hombros, reposando en ellos. Se escucharon las latas de cerveza caer al piso y automáticamente sentí otra mano en mi espalda. Cogió una pierna y la enroscó al costado de su cadera permitiéndome sentirlo más cerca, se alejo de mis labios y sus besos bajaron a mi cuello, mordiendo aquella área. Un suspiro escapo de mis labios. Me cargo con ambos brazos enroscando mis piernas alrededor de sus caderas, sus manos no dejaban de viajar por toda mi espalda. Se despojo rápidamente de su pantalón y bóxer juntos, para después quitar mis bragas. Volvió a besarme y se alejo para buscar algo en en pantalón. Segundos después se coloco un preservativo y volvió a besarme.
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Fracaso Ocasional.
Teen FictionLa mataré, la mataré, la mataré. Busque rápidamente mis tacones y mi vestido, los divisé rápido y me envolví en ellos. Le di una ultima mirada a la cama mientras me mordía el labio. Él imbécil estaba bueno y era una pena no recordar nada de esta no...