Mamá no tengas miedo a mis nuevos pasos, no te enfades conmigo cuando rompo o hecho las cosas, mamá.
No tengas miedo a mi primer día de escuela.
No pienses tanto para darme algo de comer, un poco de frituras no me matará.
No llores al dejarme en a puerta, eso me hace tener miedo.
Aunque me tranquiliza que estés ahí conmigo. Luego de un momento olvidaba cualquier miedo que me atormentara.
Y volver a la casa de tu mano era aún más genial. Podia ir contandote todo lo que había hecho en el día. Y tu reias. ¿ Lo ves mamá? No hay que tener miedo.
