Vivir...

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6. El dueño 

"El futuro aún no está escrito" solemos leer y oír muchas veces. Dándonos un poco de esperanza, esta frase quizás sea un poco mas profunda de lo que a simple vista podemos ver. "Somos forjadores de nuestro futuro”, o mejor dicho, somos los escritores de él. Sin embargo, ¿hasta que punto somos capaces de influenciarlo?, ¿somos dueños absolutos, lejanos de toda mística, de nuestro propio destino?. Nacimos en un mundo regido por seres humanos que crean normas y leyes que dirigen nuestros días. Así mismo, vivimos en él controlando nuestra existencia, trabajando, estudiando o simplemente observando nuestra vida pasar. En ocasiones, reconocemos que tenemos la energía y el deseo infinito de emprender un nuevo proyecto o una nueva etapa, pero también nos damos cuenta que necesitamos de las demás personas para llevarlo a cabo. Quizás sea su ayuda, su influencia o simplemente su aceptación, su poder, su capacidad de mover masas o su posición social y economía. Entonces, entramos en ese laberinto donde dependemos de las decisiones de terceros, de sus prejuicios, de su cultura y también de su percepción exclusiva de la realidad. Es en ese momento cuando nos interrogamos si somos realmente dueños de nosotros mismos y de toda esta energía y ganas que le imprimimos a nuestros anhelos. Cuestionamos si realmente vale la pena seguir por esta vía o quizás tomar una mas simple. Las decisiones existen para ser tomadas, el riesgo que se presenta detrás de ellas siempre lanzará sus cartas y los seres humanos siempre cometerán errores. Lo importante es estar consientes de esta realidad y que nuestras metas muchas veces se verán afectadas por el entorno. Llevemos hoy en nuestra mente el siguiente pensamiento: “Estoy consiente que el entorno puede influenciar mi camino, pero aunque algunas puertas se cierren ante mi, aunque la lluvia caiga a cantaros y aunque para ellos mi meta sea solo una utopía: Yo no me derrumbaré jamás, lucharé cada día por alcanzar mis sueños, seguiré trazando mi propio camino y seguiré siendo mi propio dueño”.

5. Cultivos

Cuando niños, en aquellas clases de ciencias de la tierra, nos enseñaban a germinar semillas de frijoles. Debíamos colocarlas en un frasco de vidrio con periódico y algodón húmedo por un par de días, para al final obtener un pequeño tallo de un extremo y una raíz del otro. Sin embargo, en ocasiones no todos los frijoles nos daban el resultado esperado, quizás porque la semilla no estaba en las condiciones adecuadas para germinar o porque quizás murió antes de nacer. En nuestro día a día nos encontramos con situaciones muy parecidas a esta. Emprender un proyecto, comenzar una relación de pareja, tener un nuevo amigo o hasta la simple planificación de unas vacaciones pudieras a veces no germinar de la manera esperada. Lo importante es saber reconocer que existen otras semillas que aun están germinando en nuestro experimento de vivir. Y es en ese momento, cuando debemos comenzar a observar las señales que la naturaleza nos indica: aprender a valorar las raíces y las bases de nuestras relaciones interpersonales, comenzar a reconocer nuestro camino al éxito y sembrar nuevos frijoles para asegurarnos un futuro con una gama de opciones y experiencias que nos garantizaran una vida plena y emocionante. Tomemos un tiempo hoy en pensar en el valor que le estamos otorgando a nuestras raíces, tallos y frutos. De igual forma pensemos si estamos sembrando suficientes semillas para hacer germinar nuestro futuro. Nuestro grito de guerra de hoy es: “Soy YO quien crea mi propio jardín de la vida. En él sembraré todas las semillas que sean necesarias para que el bosque de mi vida sea majestuoso y fructífero. Soy YO quien siembra y cultiva todo en mi”. 

4. Básico



Hay días en los que vida se llena de "no sé". Nuestra información preestablecida cultural o familiarmente no nos permite observar claramente el objetivo del día. El entorno social, la presión del "que dirán", las emociones encontradas y un poco nuestra propia terquedad, le agregan fuerza a ese bloqueo visual y energético. Pero, ¿qué sucedería si, en ese momento de absoluta oscuridad, decidimos agregar a nuestra mente un pensamiento básico? ¡Un pensamiento que nos transporte a nuestra meta original! ¿Cuál es mi objetivo de base? ¿Por qué dedico mi energía y mis pensamientos a esta situación? Hoy dediquemos un momento a meditar sobre aquello que es básico en nuestro espíritu, en aquello que nos hace sonreír con tan solo imaginarlo. Y después utilicemos ese pensamiento en esos momentos cuando la razón no halla respuesta y todo se nubla de "no se". Nuestro objetivo de hoy es preguntarnos: ¿Qué nutre mi espíritu de felicidad? Eso que alimenta mi alma es la base de mi felicidad, es la base de todos mis objetivos.

3. Ángeles



Dicen que existen ángeles en la tierra que de alguna manera u otra nos guían, nos acompañan y nos hacer ver esa luz al final del túnel. En muchas situaciones nos empeñamos en ver el punto negro en la pared y olvidamos la majestuosidad del blanco brillante que la cubre. Entonces es allí cuando inesperadamente estos ángeles se hacen presente, mostrándonos que quizás ese punto negro no sea mas que un mosquito que se va volando con un simple soplo de esperanza. Estos seres pueden que aparezcan en el consejo de un buen amigo, en la sonrisa de algún extraño, en las palabras de algún escrito como este o simplemente en nuestro propio ser. Así como somos capaces de reconocer en nuestro interior todas nuestras fallas, también podemos voltear la mirada un poco y apreciar el brillo y la luz de nuestra personalidad. Llevemos juntos en este día el siguiente pensamiento en nuestra memoria: comprendo y acepto que tengo fallas que debo resolver, pero sé que la luz aun brilla en mi interior y ella es mi guía para solventarlo todo. Soy mi propio ángel guía, soy mi luz al final del túnel, soy mi propio objetivo.

2. Experiencias



Es muy bonito escuchar a los sabios compartir sus ideas y sus experiencias. Ir detrás de nuestros sueños, conseguir aquello que realmente amamos y disfrutar nuestro trabajo, son palabras muy hermosas pero en ocasiones no aplican a nuestra realidad. No siempre se pueden perseguir los sueños, no siempre se puede amar con pasión lo que hacemos. Muchas veces nos conseguimos con irónicas realidades que simplemente nos hacen sentir que no estamos en el lugar correcto o, peor aun cuando luchamos por alcanzar un objetivo, soñado o no, y el resultado fue la decepción. Lo importante de estas situaciones es que aunque no amemos lo que hacemos, inclusive si no sabemos aun que es eso que amamos, estemos siempre conscientes de que en nuestro espíritu existe ese rincón que ilumina todo el resto de nuestra alma y de nuestra realidad. Somos capaces de convertirnos en seres repletos de una vida constante o podemos enfocarnos en ser seres humanos ricos en experiencias. El pensamiento que me acompaña hoy es: sé que las ventanas y las puertas que se abren a mi son experiencias que debo vivir, pero también sé que dentro de mi esta el verdadero portal a la libertad de mis anhelos, de mis sueños y de mi propia alegría; una vez mas estas experiencias son solo el camino, no son el fin.

1. Realidad

A veces cuando se tiene contacto con la realidad se conocen realmente nuestras propias cualidades, se extrañan los buenos momentos y nos da hasta un poco de pesar. Sin embargo, nos hacemos mas fuertes, comprendemos nuestras fortalezas, nos encontramos con nuestras debilidades y reflexionamos sobre nuestro verdadero camino, eso que soñamos ser o hacer. Mi grito de guerra de hoy es: este es el camino hacia la libertad, es solo el camino, no el fin.

Vivir... pensamientos y palabras para el día a díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora