Él y yo.

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A todas las chicas se les cae la baba al ver a Manuel, digo Manu, y como no si parece un ángel ¡santo cielo! Ya dejen de hacerlo arpías, yo lo conocí primero.
Manu se sienta a un lado de mí, claro, nadie lo hace nunca, sólo cuando tenemos exámenes, de esta manera pueden ver mis respuestas y como odio que lo hagan...
La maestra le pide que se presente y como no...todas mis compañeras lo observan y se lo comen con la mirada, literaaaaal, las odio, las odio, las odio.
Él se presenta y empieza por lo general:
-Mi nombre es Manuel Ríos Fernández, tengo 17 años y vengo de Ciudad Real, Madrid, amo la fotografía y me apasiona cantar.- Ciudad Real es un lugar súper bonito, lo visité con mis abuelos hace medio año y me encantó.
Las clases siguientes pasan normal y tomó nota de todo lo que nos dicen, los demás nunca lo hacen, pero se que tarde o temprano me servirán mucho, por lo mismo lo hago.
Al sonar el timbre para tomar nuestro descanso me propongo caminar alrededor de la pista para correr y eso es lo que hago, antes de salir me doy cuenta que todas, TODAS las chicas se acercan a Manu y no puedo evitar cabrearme un poco...
Voy pasando frente a la cafetería y en eso oigo que alguien me llama:
-Ey, ey, oye caminas muy rápido, espera, esta bien que mis piernas son largas pero no friegues- volteo y me encuentro con Juan Pablo, sí el chico que me llevo de camino a mi cuarto, el chico que me defendió de un hombre horrible, el mismo que no ha dejado de enviarme mensajes desde que lo conocí.
-Oh, hola- digo un tanto alegre de haberlo vuelto a ver, porque si que es gracioso, me agrada.
-¿Cómo te encuentras? He querido verte desde la fiesta, hahahah-
-¿C-c-cómo dices?- me pongo nerviosa al escuchar eso.
-Sí, olvidaste esto en mi auto- concluye, me desanima un poco porque nunca nadie me había dicho algo así en mi vida, mete la mano a su bolsillo y saca una pulsera, espera...no es sólo una "pulsera" es la que me dio mamá por mi graduación, ¿la traía en la fiesta? No lo recuerdo, me la extiende y cuando la voy a tomar algo me impide ver...son, son unas manos, ¿¡qué!? Al intentar safarme una risa potente se apodera del ambiente y no puedo evitar reírme al escuchar esa risa, súper pegadiza y comienzo:
-JAJAJAJA, *eip* *eip* JAJAJA *eip* *eip*- un ataque de hipo se apodera de mí y no puedo parar hasta que me destapa los ojos y al voltearme para ver quién es me encuentro con unos ojos azules súper impresionantes, no como los de Juan Pablo, pero me intimidan y no es nada más que Manu, el se fue y yo le sigo, pero paro al ver la incomodidad de Juan Pablo, pues estaba hablando conmigo y yo no le hago caso.
-Perdón, y muchas gracias por darme esto, no se que haría si se me pierde...-
-No, no es nada, sólo lo encontré y de quien iba a ser más que tuyo- concluye Juan Pablo, me siento incómoda porque tengo a dos chicos que apenas conozco y no se que hablar con ninguno.
-Bueno, aparte de regresarte eso...¿quería preguntarte sí querías ir conmigo a tomar algo? Ya sabes, para conocernos...-
-N-n-no suelo salir con chicos...-
-Si no puedes esta bien, lo entiendo- dice  él interrumpiéndome.
-No, no es eso...¿sabes qué? Sí, si puedo, vamos a tomar algo- digo muy decidida.
-Eso esta cool, te veo ¿mañana?- dice y yo asiento- ¿a las 6:30?- y sonríe más de lo normal, yo sigo asintiendo y al final digo:
-Sí, mañana a las 6, esta perfecto-
-Bueno- alguien lo llama y le dice que ya estuvo de tanta plática- paso por ti entonces, y Diane, olvide decirte que te vez guapísima- no espera más y se encamina junto a otro chico...
-Bueeeeno, eso fue raro, demasiado diría yo, ¿acaso traen onda?- pregunta ¡Manu! Había olvidado que estaba ahí.
-No, lo conocí en una fiesta, ¿qué te hace pensar eso?-
-¿De verdad preguntas? Es obvio que a él le gustas, no te quitaba la vista para nada, creéme para nada- esto último lo dijo un poco cabreado...
-Para nada, dices cosas sin sentido, pero de lo que si me di cuenta es que a todas las traes locas...-
-Sólo me hablaban de mis cejas, y eso, me choca que lo hagan...-
-¿y eso?- le preguntó y en eso suena el timbre para entrar.
-Te cuento luego, podríamos salir y así saber lo que TÚ quieras- dice con un tono coqueto y me ofrece la mano, yo se la tomo y nos encaminamos hacia el salón...

La noche que Juan Pablo cambió mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora