Peligroso.

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                                                              Nueva novela en proceso.      (inicio) 

                                                           Capítulo 1: ''Estás loca''

Patada en las costillas, gancho derecho. El tipo de dos metros seguía inmutado.
«¡David, David, David!» Gritaban los que apostaron por mí en aquel lugar de pelea clandestina.

Recibí un puñetazo en el estómago. El tipo me tiró al suelo y le pegué una patada desde allí.
Se chocó contra las rejas de acero en la que nos habían metido para luchar.
Lo rematé de un gancho derecho.

- ¡Bien hecho de nuevo, me alegra haberte elegido! -Dijo el ''Gordo Italiano''-.

Aparte de ser mi patrocinador hacia honra a su nombre.

-Ya págame. -Dije nada contento-

-Toma. -Dijo dándome un pequeño sobre amarillo-

Lo abrí.

-¿500? El premio de la pelea eran 5.000 dólares. -Dije levantando la voz-

-Tengo que pagar un montón de cosas, ahora no puedo. -Dijo guardándose el resto en su bolsillo trasero-. Ya vete a casa, son las dos de la mañana. -Agregó-.

Me quedé mirándolo prepotente, ya es la tercera vez que hace lo mismo, maldito cerdo egoísta.

Me puse la musculosa blanca y salí afuera a buscar mi moto.

Vi que una extraña chica se acercaba a mi moto... hasta que la empujó a la acera.

- ¡Eh, tú! ¿¡Qué crees que estás haciendo!? -Dije enojando corriendo para allá-

- ¡Joder! -Dijo ella sorprendida y saliendo corriendo-

Corrí por media manzana detrás de ella hasta que finalmente la sostuve por la espalda.

- ¡Vas a pagar esto! -Dije-

A lo lejos vimos pasar a un coche patrulla.

- ¡Auxilio, violador, me está violando! -Gritó-

Tuve que soltarla.

Vi cómo se iba corriendo delante mío y yo agarrando mi cabeza lamentándome-

Se alejó unos cuantos metros hasta que se detuvo un buen rato.

Me quedé mirándola sin saber qué hacer. Se volvió a mí y esta vez pude escuchar como comenzaba a llorar.

-Lo siento... -Dijo ella cabizbajo-

No supe que hacer, estaba confundido... me acerqué un poco, pero volví a alejarme.

-No tuve un buen día, no sé a dónde ir, ni que voy a hacer. -Volvió a decir-

- Pero ¿qué dices? -Pregunté-

-Me echaron de casa, no quiero volver allí. -Dijo limpiándose los mocos con su suéter de verano-

-No jodas... Y pues vas a tener que hacerte responsable por mi moto. -Dije-

- ¡Por favor, déjame ir a tu casa, haré lo que sea! -Dijo suplicándome-

- ¿Estás demente? Van a meterme preso si nos descubren. -Le contesté-

Me miró fijo con esos gigantes ojos llorosos y se alejó corriendo.

Pensé que me libré de esa loca. Levanté mi moto del suelo y me senté para prenderla... y la maldita conciencia me empezó a carcomer por dentro.

Escorpiones en el Estómago - A rebel loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora