Se habían quedado de ver en el cine, según habían quedado la semana anterior. Se supone que ese día se le declararía al amor de su vida.
Tal vez no era el amor de su vida, o tal vez si, pero en ese momento lo fue.
La quería demasiado.
No dejaba de pensar en su cabello rizado color miel y en esos penetrantes ojos marrones que ella poseía.
Era imposible que un corazón como el de ella, pudiera amar a un corazón como el de él. O al menos, eso es lo que decían los demás.Era tan indeciso al momento de orientar sus prioridades. No sabía que hacer; ¿pensar en ella o hacer la tarea? ¿Escribirle o ver una pelicula con su familia? Verla no podía, pues ambos vivían al menos a 20 minutos de distancia y sus padres no le darían permiso de visitarla.