Rubí tomo entre sus brazos a Zafiro y la cargó hasta una cueva.
-Gracias- dijo Zafiro, con sus manos quitó el pelo de su ojo y le dedicó una adorable mirada a Rubí. Ella se sonrojó y la temperatura de su cuerpo subió, causando que unas pequeñas ramas sobre las que estaba parada se incendiaran un poco, con éstas hizo una pequeña fogata dentro de la cueva.
-¿Qué clase de Rubí se supone que soy? ¡Mira lo que hice! Ahora tengo que rescatarte.
-Ya lo hiciste- dijo Zafiro
-¿Qué?- preguntó Rubí confusa
-Ya me salvaste- respondió Zafiro.-Nunca creí que la fusión sería así, que se... Desaparece así...
-¡Nunca es así!- interrumpió Rubí- Cuando me fusiono sigo siendo yo pero más grande, yo... Nunca antes tuve un tercer ojo.
-¡Yo nunca tuve más de uno!- exclamó Zafiro emocionada- fue lindo
-Bueno, sí - rió Rubí nerviosa.