|Falling down|

Capítulo 2

Pasé todo él día trabajando, y aún me quedaban unas horas, no alcanzaría a llegar al parque para darle su suéter a aquel chico, no lo volveré a ver, bueno él lado bueno, tengo un suéter nuevo.
—¿Por qué miras tanto la hora?
—¡Dave!, me asustaste—llevaba un buen mirando él reloj de la tienda, ¿en verdad me importa tanto volver a verlo?.
—Mm...ve, ve a tu cita.
—¿Q-qué?— ¿escuché bien? ¿me dijo que fuera?.
—Ve, no vayas a llegar tarde.
—¿Quien eres y que hiciste con Dave?
—Me voy a arrepentir, toma tus cosa y vete, rápido.
—Gracias—corrí a los casilleros a buscar mis cosas, y él suéter.
—Rápido —Dave apareció a mis espaldas mostrándome su reloj.
—No encuentro él suéter, yo...lo necesito.
—Vi uno en la basura hace rato
—¿Que? ¿como llegó ahí?, está... Roto y manchado—estaba cortado y tenía varias cosas escritas, fue Jake.
—Hace rato vino un chico, creí que era tu amigo y...
—No tengo amigos—tomé él suéter y me fui de ahí, ahora como le pagaría, se veía costoso, y yo, debo dos meses de sueldo a Dave.
No iría a juntarme con ese chico, pero cuando levante mi mirada ya era demasiado tarde, él estaba frente a mi, esbozando una sonrisa.

—Pensé que no vendrias, yo...fui a la tienda, puede sonar algo acosador, pero se que trabajas ahí, y sí, compré tu manga, y sí, hablé con Dave para que te dejara salir, y...golpe a un chico que tenia mi suéter ¿por qué tenia mi suéter? Bueno no importa, la cosa es que me senti celoso ¿dije celoso? Digo...tenia mi suéter—mientras me explicaba todas esas cosas, yo solo lo miraba sorprendido, jugaba nervioso con sus manos y miraba a todas partes mientras hablaba, ya entiendo porque me importa tanto, él fue la primera persona que no pasa de mi, la primera en darme una sonrisa.

—Jaja, l-lo siento, te ves gracioso intentando explicar todo—el dejo de hablar y me dedico una sonrisa, seguida de carcajadas.
—Entonces, ya puedes votar eso—me dijo mientras indicaba él suéter que tenia en mis manos.
—Lo siento
—Puedo comprar otro
—Claro, tu si tienes dinero, lo olvidaba, aún así, me siento mal, porque tu...
—Eh, no te preocupes
—Pero debo pagartelo de alguna manera, yo podría pedirle a Dave que me adelante otro mes y...
—Sal conmigo
—¿Que?
—Salgamos en una cita— yo abrí mis ojos a no mas poder y mi mandíbula cayó si aviso.
—Pervertido...—no supe que mas decir, por él calor que sentía ya debía de estar rojo.
—Eso lo tomaré como un sí
—¡No!
—Pero debes pagarme, tu mismo lo has dicho
—Pagare, pero no de esa manera
—Bueno, ese suéter me costó más de 70 mil pesos.
—Ahora que lo pienso creo que quiero salir contigo
—Eso pensé, este fin de semana, pasó por tu casa a las 10:00, dime ti direc...
—¡No!, sábado a las 10:00 aquí mismo.