Volviendo al pueblo.

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Habían pasado varios años desde que los gemelos dejaron el pueblo, habían cambiado bastante desde la última vez que su tío los había visto, Mabel era más alta, se había formado un cuerpo muy lindo, con curvas muy pronunciadas, le habían quitado los frenillos, luciendo una sonrisa de modelo, su cabello largo siempre estaba recogido con una coleta, sus ojos eran más alegres que nunca, demostrando que la adolescencia estaba en todo su punto en esa chica, había cambiado las faldas cortas por shorts igualo de cortos, usando solo tenis, los suéteres de colores fueron cambiados por playeras con varios diseños frikis, sin embargo, con cada paso que daba por el pueblo, llamaba la atención de los nuevos y anteriores chicos.

Por otro lado, Dipper había cambiado junto a su hermana, estaba más alto, incluso un poco más que su tío, seguía manteniendo su cabello corto con un gran fleco, siempre cubierto con su vieja gorra blanca con azul, su mirada era más seria que la de antes, siempre usaba una playera naranjada, con una chamarra azul marino por encima, en sus tiempos de libre albedrio en la cuidad se había hecho un tatuaje en el brazo izquierdo, usaba varias pulseras cafés, había cambiado los pantaloncillos cortos por unos de mezclilla largos pero del mismo tono, usando también tenis.

Ambos gemelos atraían las miradas a su alrededor, habían dejado de ser los pequeños gemelos misterio. Llegaron hasta la Cabaña del Misterio saludando a Soos y a Wendy, ellos habían cambiado por igual, Wendy obtuvo una beca para ir a estudiar al extranjero, así que ese sería su último día de vacaciones en el pueblo. Soos se había casado con Melody y juntos trabajaban en la Cabaña del Misterio y cuidaban a su pequeño hijo, el cual tenía apenas unos tres años. Los gemelos se encariñaron al instante con el menor, tratándolo como su sobrino. Estaban realmente emocionados por saber cómo había cambiado la vida de los demás en el pueblo.

Estuvieron conversando entre todos hasta que la hora del viaje de Wendy se acercó, la llevaron por sus maletas y de ahí la llevaron a la parada de autobuses. Ahí estaban varios de sus amigos y su familia, así que la despedida se estaba volviendo más conmovedora, hasta que se encontraron con Robbie. Él también había ido a despedir a la chica pelirroja, ahora el chico de fleco grande y cabello negro era más grande y alto, para su propia suerte rebasaba a Dipper, había desarrollado más masa muscular, usaba una chaqueta negra y pantalones menos ajustados negros, su cabello seguía peinado igual y en su rostro solo quedaban algunas marcas de su adolescencia, ahora trabajaba en una tienda de música en el pueblo, dando algunos cuantos conciertos de vez en cuando, su carrera artística había dado frutos cuando formó una banda, siendo el que tocaba el bajo, en sus tiempos libres ayudaba a sus padres en la funeraria, aunque evitaba ese lugar, pues no le gustaba para nada.

La mirada entre Dipper y Robbie causo tensión entre todos, Wendy los abrazó sonriendo, sabía que era la que mantenía un poco de paz entre ellos dos, cuando la pelirroja se fue, Robbie saludó a los chicos y a Stan, perdiéndose por un momento en la chica, realmente se había vuelto muy linda, Mabel se acercó a saludarlo dándole un abrazo, el azabache se trató de alejar al sentir el abrazo, pero sin más terminó aceptándolo, Dipper solo se cruzó de brazos esperando a que esa escena terminara, no pensaba pelear con Robbie ahora por su hermana.

Se despidieron y decidieron volver a la cabaña, pero en el momento que le dio la espalda al más alto, Dipper pudo sentir una mirada sobre él, comenzando a preguntarse si Bill había vuelto, volteándose algo aterrado, sin embargo, no había nadie más que la espalda de Robbie alejándose. Así fue como llegaron hasta la cabaña. Los días pasaron y a donde iban Mabel causaba revuelo, coqueteaba con los chicos a su alrededor quienes le invitaban comida, golosinas e incluso la llevaban en distintas citas, también Dipper se había vuelto más apuesto para las chicas, pero no le interesaba del todo hacerles caso, pues su atención era para la sensación de que tenía la mirada de alguien, una muy incómoda e intensa.

Por los viejos tiempos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora