Confessions

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N.V

La luz de la luna daba en su rostro. No había algo más hermoso e inocente que había visto antes, el ni siquiera estaba dormido, el hace ya algunos segundos decidió cerrar sus ojos después de haber bebido demasiado y decidió disfrutar de la tranquilidad que nos rodeaba. El los abre de un momento a otro y me mira. Él sonríe.
— ¿Me mirabas? — murmura con voz ronca.
— ¿Por qué no hacerlo? —digo y el ríe.—Eres hermoso—confieso besando sus labios, pero al momento él se aparta y su sonrisa se borra, él se aparta de mi lado mientras se sienta en la cama. 
— ¿qué pasa? —pregunto sin entender pero el solo nega con la cabeza mientras tapa su rostro con sus manos. —Cariño, no llores— digo rodeándolo con mis brazos pero el solo se aparta.
—no lo entiendes— murmura.
—no lo haré si no me dices que sucede—entonces el parece entender y me mira con sus ojos llenos de lágrimas y decide hablar.
—yo… lo siento. Es solo una estupidez—dice secando sus lágrimas.
—si claro, es solo eso, ahora dime—respondo sarcásticamente. 
El me mira y luego aparta la mirada. Podía notar que en sus ojos había cierta tristeza que ignoré desde hace un tiempo y que debajo de ellos habían ojeras que hace algunas semanas no estaban.
—No me gusta que mientas —susurra y luego me mira. 
— ¿mentir? ¿Lo dices por lo que dije? Eso ni siquiera es una…
—Solo olvídalo, maldita sea. —interrumpe mientras se acuesta de nuevo y yo lo imito.
—No entiendo porque crees que miento al decir que eres hermoso —digo honestamente.
—No lo vuelvas a decir—dijo mirándome con una mirada amenazante.
—Lo diré cuando quiera y no serás alguien para impedirlo —digo tratando de siquiera sacarle una sonrisa, lo cual falló.
—Vic, no debes decirlo —dice después de un momento, esta vez más calmado.
— ¿Por qué?
—Porque… tú no me amas —dice. Trato de decir algo pero el interrumpe. —ni se te ocurra contestar, sé lo que pasa. Haces esto por diversión, y si Vic, yo también trato de hacerlo solo por eso pero tu… ¡solo me tratas como un juguete sexual! Y muchas veces he tratado de que no notes lo que siento por ti pero es inútil, solo juegas conmigo…— en ese momento el para de hablar y tapa con una almohada su rostro.
Ni siquiera sé que decir ante eso, el mentía, el no siente nada por mí, solo es una ilusión del alcohol que ingirió hace algunos minutos.
—Claro que no, Kellin—digo acercándome a su rostro mientras me deshago de la almohada que ocultaba su rostro y posiciono mi mano en su mejilla— Sé que ni siquiera recordarás esto mañana por la mañana, como siempre, pero aun así lo diré—el me mira a los ojos— Confieso que cuando volví a verte tuve miedo de lo que siento por ti, en verdad creía estar loco por que un chico comenzó a atraerme a pesar de que vivo  junto con mi hermano que sale con mi mejor amigo y ambos se aman, mi madre y mi padre dijeron que nunca juzgarían mis preferencias y aun así creí estar mal pero ahora me doy cuenta que no, no me importa lo que digan las personas por amarte y si la única manera de poder amarte era ocultándolo estaba dispuesto a hacerlo, y lo seguiré haciendo hasta que crea que estás preparado para saber la verdad. —esta vez el desvia la mirada —Mientras tanto, duerme.

Planto un beso en su frente y me separo de él y me comienzo a vestir listo para salir por la ventana. Cuando volteo a verlo él ya tiene sus ojos cerrados. Me hubiera gustado saber que él estaba listo para saberlo, que en su sangre no hayan rastros de alcohol y que el recordaría esto mañana, pero aún no es el momento. Solo salgo de su casa y me dirijo a la mía.

Cuando por fin llegué a casa las risas de mi hermano y Tony resonaron en mis oídos, ambos estaban en la sala jugando no sé qué cosa, pero ambos reían como retrasados.

— ¿Dónde estabas? —pregunta Mike, mientras entro a casa él se acerca a mí.
—Danielle —contesto con simpleza. 
—Claro que no, ella llamó , ¿sabes cuantas veces?
—Ocho —dice Tony riendo desde lejos.
—Error, nueve. Pero buen intento, amor —dijo Mike mirando a Tony. —Regresando al tema. Dime, Vic—dijo acercándose— ¿te drogas? —Dice poniendo sus ojos encima de mí— ¿Te has unido a una pandilla mexicana? O acaso, ¿estás ocupado con otra persona?
Rodé los ojos, sabía que llegaría el momento en que ellos sospecharían, que Danielle llamaría preguntando por mi cuando se suponía que estaría con ella. 
—Te diré la verdad —digo poniéndome serio. —Tienes razón, sí—digo agachando la mirada— estoy en una pandilla mexicana, no le digas a mamá o me matará—digo corriendo a mi habitación.
— ¡Espera! —grita detrás de mí pero cierro la puerta detrás de mí, mañana si que tendría problemas y necesitaba una buena excusa.


Solo trata de ocultarlo (Kellic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora