La reunión

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Llegue muy contento a casa, y antes de abrir la puerta, respire profundamente para tratar de ocultar mi felicidad, abrí lentamente la puerta debido a que era muy tarde ya, la luz de la sala estaba prendida pase a aquella vieja habitación y note que mi esposa no estaba, me quede pensativo un momento y supuse que estaría en la habitación, cada paso que daba me preocupaba mas y notaba que en la casa no estaba todo igual, mi respiración comenzó a agitarse, y mi pulso era cada vez mas rápido, sentía como si mi corazón se fuera a salir de su caja toraxica, note que la puerta de la alcoba estaba brevemente abierta, la abri con un profundo temor que me decía que no lo hiciera, pero aun asi lo hice, note que la luz estaba opaca, la cama estaba medio destendida, y la puerta del baño estaba abierta, me diriji allí con profundo temor al entrar vi el sanitario con la tapa levantada, me acerque lentamente y estaba completamente lleno de sangre, mi preocupación aumentaba y me agitaba cada vez mas, seguía buscando a mi esposa por toda la casa sali corriendo y mientras baja las escaleras a toda marcha y pensé que el único lugar en el que podría estar seria en mi laboratorio abri aquella puerta de cristal tan duro que casi la rompo, al abrir encontré a mi esposa desmayada la cogi suavemente en mis brazos la lleve rápidamente hacia mi auto y conduje lo mas rápido que pude hacia el hospital de cáncer que quedaba al otro lado de la ciudad, y para ser sincero perdí la cuenta de la cantidad de foto multas que me tuvieron que hacer por pasar los semáforos en rojo. El velocímetro de mi carro pareciera que no diera a basto con la velocidad que quería que me diera, en las autopistas alcanzaba los 300 km/h y en la ciudad me tocaba por el anden debido al inmenso trafico que había, después de todo no me importaba que tuviera que hacer, si atropellaba a alguien o no, lo único que me importaba era llevar lo mas rápido posible a mi esposa al hospital.

Una vez que llegue fue casi como un alivio al mismo tiempo que una tortura, el solo hecho de pensar que mi esposa estaría allí. entre con ella en mis brazos, y mis piernas temblaban no solo por el peso de ella, sino también por la angustia que me tenia comida la mente, al llegar se pusieron al rededor mío unos 5 médicos especializados o al menos eso creo, lentamente vi como alejaban a mi esposa en una camilla, yo iba corriendo detrás de ella o bueno al menos de su camilla, pasmos una, dos, tres y hasta cuatro puertas, pero en una el especialista me detuvo

- Lo siento Frederic, pero este no es tu campo - termino el muy seriamente.

Me quede solo, asomado por una pequella ventana veía como lentamente se llevaban a mi esposa a la sala de urgencias, y mientras tanto la angustia invadía mi cuerpo y sentía como el miedo de quedarme solo me invadía.

Aparte de lo ultimo que me estaba sucediendo tenia que pensar y sacar cálculos de los costos aproximados en un periodo de 6 años incluyendo cada cosa, no se me podía escapar ni una sola cosa. aparte todo aquello que me bloqueaba y me dedique en una sola cosa, la vida de mi esposa. Pase toda la noche en vela esperando a que me mostrara sus hermosos ojos. pase toda la noche y al día siguiente al rededor de las 12 pm, ella me saludo con una hermosa sonrisa en la cara

-Te amo- dijo ella

-yo también y sabes que estoy dispuesto a hacer lo que sea por estar junto a ti- respondí

Me acerque a ella y le di un dulce beso. A los instantes el doctor entro en la habitación.

-ya esta estable Sr Brown, si desea puede retirarse que yo la cuidare muy bien- dijo este

-Gracias pero prefiero estar junto a ella- respondí yo

-Acompáñeme por favor- dijo el

-con gusto, ¿Es algo importante?-

-Lo mas probable-

-ok-

salimos y nos hicimos en la puerta de la habitación. comenzó a toser y me decía perdóneme una y otra vez pero en la ultima me dijo perdóneme, su voz cambio y su ojos se tornaron blancos.

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